Artista circense venezolano desafía el miedo en Dubái

• Agostino “Tino” Provenzano nos explica su experiencia artística desarrollada durante más de 20 años en los circos más importantes del mundo

Por Angiolina Talarico | El Venezolano Colombia

El venezolano Agostino “Tino” Provenzano es un artista circense que ha desafiado el miedo en sus presentaciones por los diferentes escenarios de los circos más importantes del mundo.

Desde Dubái en los Emiratos Árabes, el acróbata “Tino” Provenzano nos habló sobre el riesgo que enfrenta cuando realiza su trabajo montado en el “Péndulo de la muerte”, en una estructura de hierro de nueve metros diámetro que gira sobre su propio eje, y que corre rápidamente por dentro y por fuera saltando hasta elevarse a más de 10 metros de altitud.

“Cuando niño salí llorando a la pista con pánico, hoy con más de 20 años de experiencia en las alturas siento seguridad a la hora de hacer mi acto; pero el miedo siempre va estar latente antes de cada presentación”, destacó a Rostro Caribe para el Venezolano Colombia.

Provenzano es oriundo de Ciudad Ojeda municipio Lagunillas en Venezuela y se ha destacado con sus habilidades corporales, gracias al talento heredado de su familia maternal, originarios de Italia, quienes son conocidos como los Tuniziani.

“La vida de un circense está llena de muchas satisfacciones; pero también de contratiempos”, reflexionó “Tino”, al recordar sus inicios.

Provenzano reside en Dubái, Emiratos Árabe.

  Desafiando miedos

Provenzano vivía en su modesto hogar ubicado en el estado Zulia y a los 13 años decidió emigrar para conquistar el público.

“Luego de sincerarme con mis padres por el interés que tenía en el circo, ellos accedieron a darme el permiso provisional para entrar en el nómada mundo de un circense”, expresó el venezolano.

Con su familia materna “Tino” se presentaba en el Circo Kron como payaso en los trapecios, mientras cada día iba descubriendo que su verdadera vocación estaba en las alturas a pesar de su temor.

A sus 15 años realizaba actos de escapismo de magia. “Me amarraban con cadenas los brazos alrededor de la espalda, de allí me colgaban de una cuerda que era rociada por gasolina y le prendían fuego quedaba de cabeza guindando como un murciélago. Luego debía soltarme antes que se rompiera la cuerda”.

“Había otro, que me metían en una pipa con agua mientras afuera también le echaban gasolina y la prendían. Tenía que estar abajo aguantando la respiración hasta que se apagara el fuego. A veces no podía estar más de dos minutos y eso aún estaba prendido y cuando salía me arropaba la cabeza y mi tío lo apagaba con una toalla mojada”, contó sonriendo mientras recordaba esos momentos.

Persiguiendo sueños

 Provenzano ha desarrollado su carrera artística en diferentes carpas circenses, entre las que resaltan: El Circo Montecarlo, Suárez de México, Circo Hermanos Vázquez, Chimera (Estados Unidos) Circo do Soleil Zaida en Macao (China). También se ha presentado en el Festival Internacional del Circo en Chile; Circus Fans (Estados Unidos) Circo Vargas; Festival Internacional de Figueres (Europa) Cirque extreme en una gira por Norteamérica, luego Canadá y actualmente su última participación fue en Dubái La Perlé.

Dedicado a las actuaciones aéreas “Tino”, ha experimentado que no todo es fama y gloria, sus caídas lo han apartado de los escenarios. En su adolescencia sufrió su primera caída aparatosa en el acto “cruce de la muerte”; allí dos cuerpos se cruzan simultáneamente en el aire a más de 10 metros de altura, cayendo en la pista para luego enfrentar un futuro incierto.

Con medio cuerpo destrozado, los doctores no garantizaban su continuidad artística circense; pero con arduos entrenamientos y carácter positive Provenzano salió adelante recuperándose para lograr una brillante Carrera de éxitos.

 El péndulo de la muerte

 El trabajo del famoso pendulista Crazy Wilson fue quien lo inspiró para desempeñar esta arriesgada forma de extender su propio cuerpo, en una estructura con medidas extremas de riesgos. La idea del acto es poder sostenerse apenas la circunferencia cae al vacío, en una maniobra que causa gritos y estruendosos aplausos.

 “La energía que siente al ser ovacionado es el principal motor que enciende mi cuerpo para ejecutar las acrobacias encima del péndulo de la muerte causando el asombro y el aplauso del público teniendo la respiración entrecortada con cada uno de mis saltos”, afirmó Agostino.

 Enfrentar el miedo no ha sido fácil para el experimentado artista. Cada una de sus presentaciones las hace con la certeza de que tal vez sea su último acto. “La clave es vivir el presente y disfrutarlo, sintiendo la ovación del público”, añadió “Tino” como inspiración para concentrar todas sus energías en vivir cada segundo, en cada salto ejecutado en el péndulo de la muerte.

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