Poco a poco, a medida que llegan, se sientan y comparten una mirada, un gesto cómplice, las palabras afloran. ¿Hace cuánto llegaste? ¿Qué estás haciendo? ¿Qué dejaste? Se preguntan unos a otros, respondiendo con historias similares. “¿Qué busco?… Calidad de vida. Resurgir”.
En el marco del Festival Gabo, dos colombianos y ocho venezolanos migrantes se reunieron alrededor de un tinto, o un guayoyo, como se conoce en Venezuela, para compartir las memorias de un viaje que los trajo a este país con la ilusión de reconstruir una vida hecha pedazos.
El evento, organizado por EL COLOMBIANO, Efecto Cocuyo (medio de comunicación venezolano) y El Tiempo, hace parte de un especial periodístico denominado Tinto/Guayoyo, una serie de encuentros que buscan reunir a migrantes del vecino país alrededor de sus historias y visiones sobre el viaje que han emprendido a Colombia. De sus experiencias e ideas se desarrollarán contenidos periodísticos que relaten ese fenómeno.
En esta ocasión, y tras una introducción de Karen Corcus, representante de la Acnur, y de Geraldine Gómez, conocida en redes sociales como “La Chama”, cada uno de los migrantes realizó una breve presentación relatando su proceso. Reunidos en mesa redonda, mirándose unos a otros, los detalles de cada historia de vida salieron a la luz.
Muchas de esas particularidades, como el difícil paso por las trochas en la frontera, la dura tarea de encontrar empleo, o el doloroso sentimiento de duelo por lo dejado, fueron recibidos con empatía por los que escuchaban atentos. Muchos descubrieron que en el doloroso camino de dejar el hogar, no estaban solos. Coincidieron en otra cosa: en su deseo de no desfallecer y la motivación de aprender y construir, junto a los colombianos, un mejor país.
Y justo sobre este tema giraron las ideas de cubrimiento periodístico que los 10 invitados señalaron, al final del encuentro. “Hay mucho talento en los venezolanos que están llegando. Hay cientos de casos de éxito, de personas que aportan todos los días a que Colombia sea mejor”, dijo Jean Carlos Chávez Bracho un músico venezolano con apenas un año en Colombia. “Queremos leer esas historias, que los colombianos conozcan que estamos acá trabajando con ellos por esta nación”, añadió Sara Virginia Molina, también venezolana, en un mensaje contra la xenofobia y la desinformación.
Margarita Barrero, macroeditora multimedial de EL COLOMBIANO, señaló que las ideas aportadas durante este primer encuentro serán llevadas a la sala de redacción del periódico, donde serán producidas a través de los recursos audiovisuales y humanos con los que cuenta este diario. Los migrantes invitados, y todos aquellos que quieran seguir la producción de esos contenidos, podrán hacerlo a través de las redes sociales de los medios de comunicación mencionados.
Este fue el primer encuentro de cuatro que se harán en los próximos meses. Más de 100 personas respondieron la convocatoria de EL COLOMBIANO, compartiendo, sin nada a cambio, sus historias. Pese a que solo fueron seleccionadas 10 personas, todos los inscritos serán posiblemente llamados para los otros encuentros. A todos ellos, gracias por tomarse con nosotros un guayoyo.
Fuente: El Colombiano
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