Delmira Fernández Pérez (96), María de la Ascensión García Fernández (77), María José García Fernández (57). Abuela, hija, nieta. Volvieron a su España natal en 2017 después de haber hecho de Venezuela su terruño. Galicia, la tierra que las vio nacer, las acoge hoy nuevamente. Desde Santiago de Compostela, se familiarizan con sus lluviosos y largos inviernos, y también con la certeza de sentirse a salvo.
Varios miembros de la familia también regresaron a España, pero se radicaron en Orense y en A Coruña. La familia se reagrupa en el punto de partida. María José entrega su esfuerzo diario a madre y abuela, y a su hija de 22 años que estudia Diseño en Madrid. Vive, sí, con el duelo por haber dejado su madre de crianza en Venezuela.
Residen en las afueras de la ciudad, y para el momento de las fotografías, disfrutaban de los últimos rayos del sol del verano, los cuales a decir de los lugareños, se empeñaban con muy buen tino en retrasar la llegada del otoño.
María José tiene un muy exigente trabajo en hostelería, y pese al cansancio que siente, pone empeño en que madre y abuela posen gustosas para la cámara. Lo logra. Y allí, en el verde y sereno paisaje de la urbanización de su cotidianidad, y al cobijo de la cálida luz de la tarde, miran al lente sin temor y siguen instrucciones con serena dignidad. Ponen empeño en vivir el tiempo presente.
La Galicia de la distancia, que por años fue evocación, hoy es certeza. Venezuela, en la distancia, es la tierra que hoy llevan en el corazón, con cariño, respeto y agradecimiento.
Fuente: Caritas Venezuela
Autora: Idalia De León