EL VENEZOLANO COLOMBIA ● Por: Indú Ocampo desde Cali
Francisco Castillo nació Caracas y se crió en Villa de Cura (municipio Zamora del estado Aragua), ciudad donde vivió la mayor parte de su vida. Francisco es un cultor y educador venezolano que llegó a Cali (capital del Valle del Cauca) hace dos años, huyendo de la crisis social y política de Venezuela.
Luego de cantar en autobuses para sostener a su familia, hoy se reinventa en esta tierra adoptiva y crece tanto personal como profesional: es director de la conocida agrupación musical de niños y niñas migrantes Sin Fronteras.
Éste insigne maestro se graduó en la Universidad Pedagógica Experimental Libertador UPEL, como profesor en la mención educación rural y dirigió por más de 20 años el ministerio de música Voces Nuevas, en la iglesia San Luis Rey de Francia de su ciudad.
Este templo es conocido por su imponente belleza arquitectónica y las multitudinarias procesiones del tradicional Santo Sepulcro de Villa de Cura, el cual ha sido además cuna de talentosos cantores y compositores, entre los que destaca el maestro Valdemar Olivero.
En este ambiente eclesiástico se dio a conocer como músico, adquiriendo renombre en su localidad, donde además conquistó el corazón de Oralys Guzmán, con quien lleva seis años de casado y de cuya relación marital nació Jahdiel Castillo de ahora tres años de edad.
“Venirme de Venezuela ha sido una de las decisiones más difíciles de mi vida. Allá, con mi quincena no podía comprar ni un medicamento, mucho menos un paquete de pañales. En una ocasión, mi jefa me llamó e instigó a dar mi voto por el régimen, me rebelé y no lo hice; ese día decidí que debía irme del país. Lo hice por subsistir: no tenía clara mi misión”, recuerda Francisco.
La música traspasa las fronteras
El grupo Sin Fronteras, además de su director, está conformado por artistas adolescentes de origen venezolano, ex miembros de la orquesta sinfónica juvenil e infantil Simón Bolívar llamada también “El Sistema”, fundada en los años setenta por el maestro José Antonio Abreu, hoy fallecido.
Abreu fue reconocido por llevar la música clásica a los barrios populares de Venezuela y de cuyas filas salieron nombres de talla mundial como Gustavo Dudamel, director de la Filarmónica de Los Ángeles.
Valery Brito, Germany Brito, Jesús Brito y Diego Mejías son jóvenes promesas musicales, tres violinistas y uno en el cuatro; quienes juntaron sus sueños y creyeron en este proyecto presentado por Francisco.
En su año y medio de fundados, Sin fronteras, ya ha pisado importantes escenarios de Cali, como Proartes, Auditorio de la Universidad Libre, Teatro de La Concha, Sede comunal en Floralia y la sede de la Secretaría de Cultura de la Alcaldía.
DEVOLVERLES LA ESPERANZA
“Ver la cara de satisfacción de estos jóvenes y la sanación de su duelo migratorio a través de la música, es algo que te lleva a pensar que ha valido la pena cada sacrificio y cada vivencia de estar aquí, fuera de Venezuela. Devolverles la esperanza a estos jóvenes venezolanos, cuando ellos pensaban que no volverían a interpretar una pieza folclórica de su país o a tocar un instrumento, eso me llena de satisfacción”, manifiesta el docente.
Francisco es consciente de que el camino a la cima es cuesta arriba. El proyecto no tiene financiamiento, ni mucho menos instrumentos musicales: en cada presentación se los prestan. Esa situación, no les permite ensayar de forma constante. ni regular. Sin embargo, la magia se esparce cuando estos avezados instrumentistas dan vida a las partituras.
“La música es inclusiva, cuando le das poderío a los jóvenes a través de un instrumento musical; los estás alejando de los vicios, de la delincuencia. Y les ayudas a encontrar un camino y fortalecer el sentido de pertenencia por el territorio que les brinda una oportunidad”
PARTE DE SU REPERTORIO
Caballo Viejo (Simón Díaz), Moliendo Café (Hugo Blanco), Alma Llanera (Pedro Elías Gutiérrez), entre otros clásicos de la música tradicional venezolana, hacen parte de su excelente repertorio. Recientemente participaron en un concierto virtual con la Fundación Be Arte, donde entonaron el canto Colombia tierra querida, con el acompañamiento de músicos con diversidades funcionales.
“La música es inclusiva, cuando le das poderío a los jóvenes a través de un instrumento musical; los estás alejando de los vicios, de la delincuencia. Y les ayudas a encontrar un camino y fortalecer el sentido de pertenencia por el territorio que les brinda una oportunidad”, concluye el maestro.
Sin duda alguna, que esta agrupación musical está construyendo lazos de hermandad; ya que uno de sus objetivos primordiales es consolidar un grupo binacional y diluir así los sentimientos de xenofobia, traspasando con su melodía todo tipo de muros y consolidando su ambición de llegar a ser Sin Fronteras.
⇢ COORDENADAS DE SIN FRONTERAS:
Facebook: Proyecto Musical Migrante Sin Fronteras.
Instagram: @musicasinfronteras23.
Si deseas ayudarlos para adquirir instrumentos escribe al Gmail. proyectomusicalsinfornteras@gmail.com.