EV COLOMBIA | LA OPINION
La labor de los hogares de paso en Pamplona ha sido un gran alivio para miles de migrantes y refugiados venezolanos que caminan cientos de kilómetros en busca de un futuro mejor en el interior de Colombia o en otro país de Suramérica.
A pesar de la pandemia, estos refugios no han paralizado sus actividades de ayudar al prójimo. Un plato de comida caliente, una medicina o un lugar para dormir son parte de las colaboraciones que reciben estas personas de algunos colombianos que han dispuesto su hogar para atenderlos.
Las casas de Marta Duque y Douglas Cabeza son reflejo de muchos lugares donde ayudan a los migrantes y retornados colombianos. Nunca imaginaron hacerlo, pero la oportunidad se ha dado lamentablemente en un contexto de mucha dificultad para el vecino país.
Duque relata que cuando los migrantes entran en momentos de desesperación, de no saber qué hacer, es oportuno darles consejos para que no tomen malas decisiones. Su hogar en Pamplona es una parada obligatoria, donde pueden encontrar una mano solidaria.
Diana Capacho, coordinadora del Instituto de la Caridad Universal, hizo un llamado a la empatía, a ponerse en el lugar del otro para conocer sus necesidades y ayudarlo en lo que puedan. “Traen el conocimiento, traen su título profesional. Para mí es una segunda oportunidad para Pamplona, un fortalecimiento en la economía local”, asegura Capacho.
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