EL VENEZOLANO COLOMBIA
David Smolansky, destacado dirigente político venezolano en el exilio, denunció recientemente una alarmante cifra: más de 108.000 venezolanos han huido del país desde las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio. Según Smolansky, esta nueva ola migratoria responde a una intensificación en la persecución política conocida como la «Operación Tun-Tun», que ha generado temor y desarraigo en la población.
Estas cifras, expuestas durante el foro “Enhancing international coordination on Venezuelan migrant integration”, organizado por el Atlantic Council, reflejan el impacto de una crisis que sigue agravándose y afectando tanto a los que permanecen como a los que buscan refugio en otros países.
«Operación Tun-Tun»: un despliegue de represión política
La «Operación Tun-Tun», mencionada por Smolansky, ha sido una estrategia implementada por el Régimen venezolano para silenciar y amedrentar a quienes disienten. Este operativo ha consistido en allanamientos y detenciones arbitrarias lideradas por organismos de seguridad como el Sebin, la DGCIM y la Guardia Nacional Bolivariana.
Los principales afectados han sido opositores políticos, activistas y ciudadanos involucrados en la campaña electoral de julio. Según el dirigente, estos actos no solo vulneran los derechos fundamentales, sino que también profundizan la desconfianza en las instituciones del país.
Un éxodo sin precedentes en la última década
Smolansky calificó esta nueva ola migratoria como la más significativa desde que comenzó la crisis en Venezuela hace más de diez años. Los migrantes que huyen del país son, en su mayoría, familias completas, incluyendo niños, adolescentes y mujeres, quienes buscan refugio ante un panorama de incertidumbre y represión.
El impacto de esta migración masiva no solo afecta a Venezuela, sino también a los países receptores, que enfrentan desafíos logísticos y sociales para integrar a los migrantes en sus comunidades.
La esperanza de un regreso masivo
A pesar de la gravedad de la situación actual, Smolansky manifestó optimismo respecto al futuro. Basándose en diversas encuestas, destacó que una gran parte de los venezolanos que han emigrado estarían dispuestos a regresar una vez se produzca un cambio político en el país.
“Venezuela tiene un potencial inmenso para reconstruirse con el talento de su gente. El retorno de estos migrantes podría ser la clave para la recuperación económica y social”, afirmó.
El rol de la comunidad internacional
En el foro del Atlantic Council, Smolansky hizo un llamado a la comunidad internacional para fortalecer los mecanismos de apoyo a los migrantes venezolanos, promoviendo políticas de integración y protección. También insistió en la necesidad de presionar al Gobierno venezolano para que cese la represión y se garantice un proceso democrático auténtico.
La actual crisis migratoria venezolana es un recordatorio de los profundos efectos de la inestabilidad política. Mientras tanto, miles de familias continúan buscando seguridad fuera de las fronteras, esperando un cambio que les permita regresar a su hogar.