EL VENEZOLANO COLOMBIA
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, ha propuesto a Estados Unidos utilizar su territorio como punto de tránsito para la deportación de migrantes de diversas nacionalidades. La iniciativa, presentada al secretario de Estado, Marco Rubio, busca ampliar un acuerdo firmado en julio de 2024, por el cual Washington ya financia vuelos de repatriación desde suelo panameño.
La medida apunta a fortalecer el control migratorio en la región, especialmente en la selva del Darién, ruta clave para millas de personas que buscan llegar a Estados Unidos. Según Mulino, la expansión del acuerdo beneficiaría a Panamá sin representar un gasto para el país, ya que los costos serían asumidos por el gobierno estadounidense.
Panamá como punto estratégico para repatriaciones
La propuesta de Mulino permitiría que migrantes deportados desde Estados Unidos sean enviados primero a Panamá, desde donde serán trasladados a sus respectivos países. La pista aérea de Nicanor, en Metetí (Darién), sería el centro operativo para estos vuelos de retorno.
Este acuerdo busca reforzar los esfuerzos para frenar la migración irregular que atraviesa la peligrosa selva del Darién, donde operan bandas criminales y los migrantes enfrentan condiciones extremas. Con esta estrategia, Panamá se convertiría en un actor clave en el manejo de la crisis migratoria en la región.
Impacto en la migración por el Darién
El paso de migrantes por la selva del Darién ha disminuido drásticamente en comparación con años anteriores. En 2024, cerca de 300.000 personas cruzaron la frontera entre Colombia y Panamá, mientras que en 2023 la cifra alcanzó el medio millón.
En lo que va de 2025, solo 2.000 migrantes han atravesado esta ruta, lo que representa una reducción del 94 % respecto al mismo período del año anterior. Las autoridades panameñas atribuyen esta caída a un mayor control fronterizo y al acuerdo de deportación firmado con Estados Unidos.
A pesar de la reducción, la crisis migratoria sigue siendo un desafío. La mayoría de los migrantes que utilizan esta ruta son venezolanos, aunque también se registran ciudadanos de Colombia, Ecuador, Haití y China, así como personas provenientes de Irán, Pakistán y Bangladesh.
¿Cómo afectará esta medida a Panamá?
El presidente Mulino ha insistido en que Panamá no asumirá ningún costo para adecuar las instalaciones de repatriación y que el financiamiento correrá por cuenta de Estados Unidos. Sin embargo, algunos sectores advierten que este tipo de acuerdos podría generar tensiones políticas y sociales en el país.
Por otro lado, el uso de territorio panameño como plataforma para deportaciones plantea interrogantes sobre los derechos de los migrantes y el impacto que podría tener en la relación de Panamá con los países de origen de los repatriados.
La propuesta de Mulino de ampliar el acuerdo migratorio con EE.UU. refuerza el papel de Panamá en la gestión de la crisis migratoria regional. Mientras el Darién sigue siendo una ruta peligrosa para millas de migrantes, la estrategia busca disuadir la migración irregular y fortalecer los mecanismos de repatriación.
A medida que avancen las negociaciones, será clave evaluar el impacto de esta medida en la política migratoria panameña y en la situación humanitaria de los migrantes afectados.