EL VENEZOLANO COLOMBIA
Este lunes, diversas regiones de Venezuela reportaron una nueva ola de fluctuaciones eléctricas que afectó tanto a la capital como a otros estados del país. Los ciudadanos, a través de redes sociales, manifiestan su descontento ante las constantes interrupciones del servicio. Zonas de Caracas, así como entidades como Zulia, Lara y Anzoátegui, vivieron importantes cortes de luz que se han vuelto frecuentes en el panorama nacional.
Reportajes desde la capital
En Caracas, los sectores de El Cafetal, Los Palos Grandes, Petare, Chacao y Baruta se vieron gravemente impactados por las fluctuaciones eléctricas. La situación no se limitó a estas áreas, ya que también La Candelaria, Macaracuay, Bello Monte, Caricuao, Altagracia, Catia y La Pastora, registraron incidencias similares. Las redes sociales se convirtieron en el principal medio para que los habitantes compartieran sus experiencias y denunciaran la falta de estabilidad en el suministro.
Además, zonas cercanas como Guarenas y Guatire también se sumaron a la lista de localidades afectadas. Estas interrupciones prolongadas, en algunos casos por más de 12 horas, han generado gran frustración entre los habitantes, que ya ven la situación como parte de su día a día.
Afectaciones en otros estados del país
El problema eléctrico no se limitó a la capital, ya que entidades como Zulia, Carabobo, Aragua, Falcón, Nueva Esparta, Lara, Barinas, Anzoátegui y Guárico también experimentaron severas fluctuaciones en el suministro eléctrico. En estados como Zulia, que históricamente han sufrido graves fallas en su infraestructura energética, los ciudadanos manifiestan su agotamiento ante lo que consideran un problema sin solución.
La situación ha empeorado en zonas donde los cortes de energía y las fluctuaciones son recurrentes, afectando no solo la calidad de vida de los habitantes, sino también el funcionamiento de los comercios, hospitales y otros servicios esenciales.
Antecedentes de las fallas eléctricas
El reciente episodio de fluctuaciones eléctricas no es un hecho aislado. Desde las elecciones del pasado 28 de julio, Venezuela ha experimentado un notable aumento en las fallas eléctricas a nivel nacional. Solo un mes después, el 28 de agosto, varias regiones quedaron a oscuras, mientras otras áreas reportaban problemas intermitentes con el servicio.
El 30 de agosto, la situación alcanzó su punto máximo cuando el país entero estuvo sin luz durante más de 12 horas. Este apagón recordó a muchos el incidente de marzo de 2019, cuando un corte masivo de energía dejó a Venezuela en la penumbra durante varios días. Nuevamente, las autoridades gubernamentales, encabezadas por Diosdado Cabello, denunciaron un sabotaje orquestado por la oposición como la causa de los fallos.
La respuesta del gobierno
El gobierno ha sostenido en varias ocasiones que estos apagones y fluctuaciones son consecuencia de ataques al sistema eléctrico del país, una narrativa que ha sido recurrente desde 2019.
Sin embargo, sectores críticos del país y expertos en energía señalan que las fallas se deben principalmente al deterioro de la infraestructura eléctrica, la falta de mantenimiento y la ineficiencia en la gestión del servicio.
Caracas, cada vez más vulnerable
Mientras en el pasado las fallas eléctricas masivas solían afectar principalmente a las regiones del interior del país, en los últimos meses Caracas ha experimentado un incremento en la frecuencia y gravedad de las fluctuaciones. Esto ha llevado a que zonas de la capital, que antes eran más estables en cuanto al suministro eléctrico, ahora se ven igualmente afectadas, generando preocupación entre sus habitantes.
Este fenómeno evidencia la gravedad de la crisis energética que atraviesa Venezuela, donde las fallas ya no son exclusivas de las zonas más alejadas, sino que ahora impactan también a las grandes urbes, afectando el ritmo de vida de millones de venezolanos.
Las fluctuaciones eléctricas reportadas este lunes en Caracas y otros estados del país ponen de manifiesto una vez más la fragilidad del sistema eléctrico venezolano. Mientras el gobierno sigue apuntando hacia supuestos sabotajes, las causas subyacentes, como la falta de inversión y mantenimiento, continúan siendo una preocupación latente. Ante esta situación, los ciudadanos se mantienen a la espera de una solución definitiva que les devuelva la estabilidad en el suministro de energía, un bien esencial que, en medio de la crisis, sigue siendo esquivo para muchos.