EL VENEZOLANO COLOMBIA
El trayecto de los migrantes hacia Estados Unidos está plagado de peligros. Además de los riesgos de homicidios, robos y accidentes, ahora enfrentan una amenaza aún más mortal: el calor extremo. En las zonas desérticas de México, las temperaturas han cobrado la vida de numerosos migrantes, sumando una penuria más a su travesía.
El desafío del calor en el desierto
En los últimos meses, las temperaturas en México han alcanzado niveles peligrosamente altos. En Ciudad Juárez, donde las temperaturas superan los 40 grados centígrados, los migrantes deben enfrentar el implacable sol del desierto. Dioner José Romero, un migrante venezolano, describe su experiencia: «Hace demasiado calor, vine un poco deshidratado, ya que pues no baja la temperatura y hace 43, 44 o 45 grados».
Las autoridades mexicanas han registrado 155 muertes relacionadas con el calor desde marzo, con 30 nuevas víctimas reportadas entre el 13 y el 18 de junio. Estos datos subrayan la severidad de la ola de calor y su impacto devastador en aquellos que intentan cruzar el país en busca de una vida mejor en Estados Unidos.
Testimonios de supervivientes
Nelson Ramos, otro migrante venezolano, resalta la crudeza del clima: «El sol está demasiado fuerte, no es que no me acostumbro pero es algo diferente para mí. Me siento un poquito como sofocado». Estos testimonios reflejan la realidad diaria de quienes se ven obligados a atravesar áreas desérticas bajo condiciones extremas.
El calor no solo provoca deshidratación y agotamiento, sino que también pone en riesgo la vida de los migrantes. La Patrulla Fronteriza de Estados Unidos ha registrado 77 muertes en el sector de El Paso desde octubre, atribuibles en su mayoría al golpe de calor, ahogamientos y caídas desde el muro fronterizo.
Recomendaciones de las autoridades
Mauricio Rodríguez, director de Protección Civil en Ciudad Juárez, hace un llamado a evitar los viajes hacia la frontera durante estos periodos de altas temperaturas. «Entiendo que las personas se ven obligadas pero les recomendamos que no lo hagan. El impacto del calor puede llevarlos a una fatalidad», advierte.
Los peligros son evidentes. Un migrante mexicano fue abandonado por su traficante y posteriormente enterrado en el desierto. Las autoridades, alertadas por la familia del fallecido, encontraron su cuerpo y rescataron a otros seis migrantes, uno de ellos con síntomas de deshidratación severa.
Travesía mortal y peligros adicionales
La travesía de los migrantes no solo está marcada por el calor extremo. Muchos enfrentan asesinatos, accidentes, robos, secuestros y extorsiones. El jueves pasado, la Fiscalía del estado de Oaxaca reportó el hallazgo de los cadáveres de tres hombres en una playa de Juchitán, presuntas víctimas de un naufragio.
Además, durante su recorrido, que a menudo incluye la peligrosa selva del Darién entre Colombia y Panamá, los migrantes sufren de malestares respiratorios, estomacales y cutáneos, según Médicos sin Fronteras. Las condiciones insalubres y las largas caminatas agravan estos problemas de salud.
Es imperativo que tanto las autoridades como las organizaciones humanitarias redoblen sus esfuerzos para proteger a los migrantes de las condiciones extremas. Implementar más centros de hidratación y descanso, y ofrecer educación sobre los peligros del calor puede salvar vidas. Además, es crucial que los gobiernos trabajen juntos para combatir las causas que obligan a estas personas a emprender tan peligrosos viajes. La cooperación internacional y las políticas humanitarias deben ser prioritarias para prevenir tragedias y garantizar un tránsito más seguro para quienes buscan un futuro mejor.