EL VENEZOLANO COLOMBIA
En el municipio de Los Patios, Norte de Santander, Patricia Salguero, directora de la fundación Nueva Ilusión, revela una preocupante realidad: más de 200 migrantes venezolanos atraviesan diariamente la vía que une Cúcuta con Bucaramanga, huyendo de la «emergencia humanitaria» en su país.
Esta situación plantea desafíos críticos que requieren atención inmediata.
Emergencia humanitaria en Venezuela
Según Salguero, la crisis en Venezuela ha alcanzado niveles críticos, impulsando a cientos de ciudadanos a abandonar su tierra natal en busca de condiciones de vida más dignas.
Estos migrantes enfrentan desafíos significativos, incluida la falta de recursos básicos y acceso a atención médica adecuada.
Condiciones precarias
Los migrantes venezolanos que llegan a Norte de Santander lo hacen en condiciones precarias, con ropa desgastada y necesidades urgentes en términos de salud.
La situación se agrava con el aumento del flujo migratorio, lo que exige una respuesta inmediata por parte de las autoridades locales y nacionales.
Respuesta del Gobierno Petro
El gobierno del presidente Gustavo Petro ha respaldado el «Plan Vuelto a la Patria» del régimen de Nicolás Maduro, que busca repatriar a los migrantes que salieron de Venezuela durante la crisis.
Esta postura marca un cambio significativo en la política migratoria colombiana, que antes se centraba en la regularización e integración de los migrantes.
Cambios en la narrativa
La nueva narrativa adoptada por el gobierno de Petro refleja un cambio de enfoque hacia la crisis migratoria, alejándose de las políticas de acogida y regularización previamente implementadas. Esta postura ha generado controversia y ha sido criticada por algunos sectores que abogan por una respuesta más humanitaria y solidaria hacia los migrantes.
Ante la creciente crisis migratoria en Norte de Santander y la respuesta del gobierno Petro, es crucial que se priorice la protección y el bienestar de los migrantes venezolanos. Se insta a las autoridades a adoptar medidas que aborden las necesidades urgentes de estos migrantes, garantizando el acceso a servicios básicos y protegiendo sus derechos humanos.
Además, se hace un llamado a mantener un enfoque compasivo y solidario en la gestión de la crisis migratoria, buscando soluciones colaborativas y sostenibles que beneficien tanto a los migrantes como a las comunidades receptoras.