EL VENEZOLANO COLOMBIA
El 30 de junio se acerca rápidamente, y las empresas de transporte público venezolanas con rutas binacionales se encuentran en una carrera contra el reloj para renovar sus certificados de circulación con el Área Metropolitana de Cúcuta (AMC).
Este proceso, que se repite cada seis meses, se ha convertido en una fuente constante de estrés debido a la cantidad de documentación y los altos costos asociados. Se explora los retos que enfrentan las empresas de transporte venezolanas para cumplir con las normativas colombianas y mantener operativas sus rutas binacionales.
Desafíos documentales y económicos
Para mantener la operatividad en Colombia, las empresas de transporte deben cumplir con estrictas normas. Entre los requisitos se incluye la tecnomecánica, el Seguro Obligatorio de Accidentes de Tránsito (SOAT), y una póliza extracontractual que tiene un costo elevado.
Esta última cuesta 1.200 dólares anuales, lo que representa un gasto significativo para las empresas. Aunque existen facilidades de pago, con una cuota inicial de 310 dólares y mensualidades de 300 dólares, la carga económica sigue siendo pesada.
Costos elevados
La empresa Frontera, que opera la ruta Cúcuta-Colón, enfrenta grandes dificultades para mantener sus unidades en condiciones operativas. Cada unidad requiere una inversión aproximada de 15 millones de pesos para cumplir con todas las exigencias legales y obtener el certificado de circulación.
Estas inversiones incluyen la tecnomecánica, el SOAT y la póliza extracontractual, sumando una considerable presión financiera sobre la empresa.
Restricciones de edad de los vehículos
Una de las mayores trabas que enfrentan las empresas venezolanas es la vida útil de sus unidades. En Colombia, los vehículos no pueden tener más de 24 años de antigüedad, lo que deja fuera a muchas unidades que aún están en funcionamiento en Venezuela.
Esta normativa ha afectado significativamente a empresas como Expresos La Moderna, que solo tiene una unidad activa en la ruta Rubio-Cúcuta, ya que las demás superan el límite de antigüedad permitido.
Desigualdad de condiciones
Los transportistas venezolanos también denuncian una falta de igualdad en las condiciones impuestas por Colombia. Mientras que los vehículos de corta distancia colombianos pueden ingresar a Venezuela con unidades más viejas, los transportistas venezolanos no disfrutan de la misma flexibilidad al ingresar a Colombia.
Esta situación ha generado frustración y ha llevado a las empresas a solicitar apoyo del gobierno nacional y regional para renovar sus flotas.
Pérdida de unidades activas
Empresas como Expresos Bolivarianos se ven obligadas a retirar varias de sus unidades activas debido a que estas han alcanzado el límite de su vida útil en Colombia. Este año, Expresos Bolivarianos tendrá que sacar seis de sus doce unidades operativas en la ruta San Cristóbal-Cúcuta, lo que reducirá significativamente su capacidad de transporte y afectará a los pasajeros que dependen de esta ruta.
Los transportistas venezolanos de la empresa Colven también enfrentan desafíos operativos debido a las restricciones impuestas por Colombia. La ruta asignada por el Anillo Vial no les permite ingresar al centro de Cúcuta, lo que afecta su operatividad y conveniencia para los pasajeros. Esta situación ha generado insatisfacción entre los transportistas, quienes buscan una mayor igualdad de condiciones para poder competir en el mercado binacional.
La renovación de certificados de circulación para las empresas de transporte público venezolanas en Cúcuta representa un desafío constante debido a las estrictas normativas y los altos costos. Los transportistas venezolanos hacen un llamado a las autoridades para que faciliten el proceso y permitan la renovación de sus flotas, garantizando así la continuidad de las rutas binacionales y el servicio a los pasajeros.