EL VENEZOLANO COLOMBIA
La travesía de los migrantes venezolanos y otras nacionalidades en busca de un nuevo hogar se encuentra en un punto crítico en la entrada de la selva del Darién, ubicada en el pueblo costero de Necoclí, Colombia.
La falta de recursos financieros se ha convertido en una barrera insuperable que deja a muchos varados en su camino hacia el norte del continente. Esta cruda realidad pone de manifiesto los desafíos económicos que enfrentan los migrantes en medio de una travesía peligrosa y desafiante.
Desafíos económicos en la ruta
La migrante venezolana, Jennifer Serrano, refleja una dolorosa realidad compartida por muchos: la necesidad de al menos 1.000 dólares para continuar su viaje hacia Estados Unidos junto a su esposo y sus tres hijos.
La travesía implica atravesar la jungla del Darién, un territorio peligroso. Sin embargo, después de dos meses en Necoclí, las perspectivas de avanzar se ven reducidas. El costo de este viaje ha resultado ser considerablemente mayor de lo esperado.
Venta de artículos de supervivencia:
La falta de recursos ha llevado a una situación en la que es común ver a migrantes vendiendo artículos de primera necesidad, como alimentos y agua.
Otros recurren a pedir ayuda a recién llegados con la esperanza de recaudar fondos para continuar su ruta hacia el norte. La supervivencia se convierte en la máxima prioridad en esta travesía llena de incertidumbres.
Migrantes varados
Decenas de migrantes, en su mayoría venezolanos, se encuentran en una situación de estancamiento. La carencia de recursos financieros ha dejado a muchos en una situación de limbo en la entrada del Darién, una de las rutas más desafiantes para aquellos que buscan una nueva vida en el norte del continente. La diversidad de nacionalidades entre los migrantes resalta la magnitud de la crisis.
Los retos de una ruta peligrosa:
La travesía a través del Darién se ha convertido en un negocio lucrativo en la región. Los llamados «guías» exigen 350 dólares por persona para proporcionar un pasaje en bote a Acandí, un punto de entrada a la selva colombiana. A cambio, los migrantes enfrentan los peligros de la jungla y la incertidumbre de lo desconocido.
Impacto en números:
Los números hablan del alcance de esta crisis: en lo que va del 2023, más de 400.000 migrantes han cruzado la selva del Darién, de los cuales el 60% son venezolanos, según la agencia nacional de migración de Panamá. Migrantes de otras nacionalidades, incluyendo ecuatorianos, haitianos, chinos y colombianos, siguen de cerca, lo que refleja la diversidad de nacionalidades en esta odisea.
La situación desesperada de los migrantes en la entrada de la selva del Darién es un llamado de atención para la comunidad internacional. La lucha contra la falta de recursos y los peligros de esta travesía peligrosa exige una respuesta efectiva. Para abordar esta crisis, se necesita una colaboración entre países, organizaciones y gobiernos. La movilización de recursos y el apoyo financiero son fundamentales para brindar a estos migrantes una oportunidad segura y digna para alcanzar sus destinos. La comunidad internacional debe actuar con empatía y solidaridad para mitigar el sufrimiento de quienes buscan un futuro mejor.