EL VENEZOLANO COLOMBIA | RAZÓN PÚBLICA
Migración Colombia presentó una parte de los 92 millones de datos que recolectó durante el proceso de caracterización y regularización de 2,4 millones de migrantes, realizado entre 2021 y 2022.
El proceso concluyó que en 2015 teníamos un total 31.471 migrantes de Venezuela y que en febrero de 2022 habíamos pasado a 2.477. 588.
Sin embargo, Migración Colombia mantuvo la cifra de 1,8 millones de migrantes durante casi un año. Con esto se afectó la posibilidad de diseñar y ejecutar políticas de integración de migrantes en el nivel nacional, departamental y municipal.
Más todavía: el DANE – la autoridad reconocida en la materia- estimó la presencia de cerca de 2,8 millones de migrantes, pero Migración Colombia desestimó este dato con el argumento de que produciría xenofobia o afectaría la “seguridad nacional”.
Y sin embargo las cifras del Registro Único de Migrantes de Venezuela (RUMV) le daban la razón al DANE: es lo que muestra la Gráfica 1.
Gráfica 1. Número de migrantes venezolanos en Colombia
¿Y qué importan las cifras?
La preocupación se debe sobre todo a que antes del Estatuto Temporal de Protección para Venezolanos (ETPV) que se adoptó en 2021, el 40,8 % de la población se encontraba con estatus irregular y el 59,2 % con estatus regular.
Pues con el ETPV las cifras de regularidad e irregularidad no han cambiado tanto como uno esperaría. De 2.477.588 migrantes en febrero de 2022, apenas se entregaron 1.206.520 Permisos Temporales por Protección (PPT) (Ver Cuadro 1).
Cuadro 1. Estatus regular e irregular 2018-2022
Regulares | Irregulares | ||
2022 | PPT Entregados | PPT Aprobados*(Sin entregar) | Sin PPT(Registrados RUMV) |
1 206 520 | 1 439 859 | 1 271 068 | |
48,7 % | 58,1 % | 51,3 % | |
2018 | Regulares | Irregulares | |
PEP, Visa, Salvoconducto, otro | Sin documento | ||
695 496 | 479 247 | ||
59,2 % | 40,8 % |
Fuente: Elaboración propia. Datos Migración Colombia. *PPT impresos 1 377 718
Todo esto ha afectado de manera directa la integración socioeconómica y cultural de miles de familias y ha creado un clima de zozobra entre las comunidades migrantes acerca de su suerte en los próximos meses
El gobierno que acaba, y el que sigue
El nuevo CONPES 4100 fue lanzado el 11 de julio de este año y deja un aporte en materia migratoria.
Pero fue elaborado en un mes y tendrá que ajustarse. Las acciones previstas no están financiadas, y en su lugar se ofrece una simple proyección presupuestal de necesidades. También haría falta precisar las tareas y recursos de los gobiernos territoriales afectados.
La tarea para el nuevo gobierno sería aún más ambiciosa. Pese al notable esfuerzo de regularización, habría que extender este modelo que lleva poco más de un año, y esta vez incluyendo a los migrantes de 92 nacionalidades que transitan por territorio colombiano.
El solo hecho de restablecer las relaciones y abrir las fronteras con Venezuela crea un nuevo escenario en la materia, pero no aclara las acciones de regularización e integración de personas en situación de movilidad con enfoque territorial en Colombia.
La migración transcontinental viene aumentando en América Latina y el Caribe, con destino principal a la frontera sur de Estados Unidos. A lo cual deben sumarse las más de 130 mil personas provenientes de Centro y Suramérica.
Últimamente, se ha registrado el paso de miles de colombianos y venezolanos por el tapón del Darién hacia Panamá, un paso selvático plagado de economías ilegales donde mueren o padecen vejámenes quienes quieren encontrar nuevas oportunidades.
Dos causas principales de la migración transcontinental e intracontinental son la pobreza y la falta de coordinación entre los países de Centro y Suramérica.
Por todas esas razones, el ETPV debe extenderse a muchos más venezolanos, facilitando el registro de quienes no alcanzaron a hacerlo en el último año. También hay que brindar la oportunidad a los migrantes de otras nacionalidades que se encuentran en la misma situación: se trata de grupos pequeños, que tendrían poco impacto sobre el costo o el alcance de la política migratoria.
Buen negocio de Colombia
Las medidas anteriores son condiciones necesarias para el control migratorio, la seguridad fronteriza, el uso pleno y legitimo del aporte del migrante al desarrollo de Colombia y el enriquecimiento de las comunidades receptoras.
Según los datos compartidos por Migración Colombia, de los 2,4 millones de migrantes venezolanos, 2.122.549 están entre los 5 y 49 años (85,7 %) y 1.319.232 están entre los 18 y 39 años (53,24 %). O sea que el 62 % de los migrantes están en plena etapa productiva y de trabajo.
El 83 % de los hombres y el 80 % de las mujeres son menores de 35 años, mientras que solo el 41 % y 44 % de los hombres y mujeres colombianos, respectivamente, están en dicho rango de edad. Esto quiere decir que los migrantes al integrarse a las economías locales lograrán aportar al bono pensional de la población colombiana.
También se empieza notar el aporte de los migrantes a los impuestos y al PIB colombiano. El solo IVA sobre facturas de hogares de origen venezolano ascendió a 500.993 millones de pesos en 2019 o a cerca del 0,03 % del PIB.
Por su parte, el impuesto de renta estimado de migrantes venezolanos alcanzó los 129.150 millones en 2018, otro 0,01 % del PIB. La proyección para los próximos años es del 0,17 %.
Además, la migración aumenta el consumo, la producción y la inversión. En el mundo entero se ha demostrado que los migrantes tienen una especial capacidad para el emprendimiento. El bilingüismo les permite sumar a diversas actividades económicas —call centers, hotelería, turismo…—, aportar al avance de las economías locales y rurales, descentralizar o “clusterizar las migraciones” con liderazgo del Estado y la empresa privada.
En suma, cuando el migrante es regularizado e integrado, Colombia gana riqueza intercultural, multilingüe, diversidad religiosa, sexual, política, y acaba por forjar ciudadanos más globales desde la educación, la economía y las instancias culturales (gráfica 2).
Gráfica 2. Niveles de integración por ciudades capitales con mayor concentración de migrantes
Para el nuevo gobierno
Entre la población migrante, los gobiernos locales y la cooperación internacional hay mucha incertidumbre sobre la postura del gobierno electo respecto del manejo de las migraciones.
El solo hecho de restablecer las relaciones y abrir las fronteras con Venezuela crea un nuevo escenario en la materia, pero no aclara las acciones de regularización e integración de personas en situación de movilidad con enfoque territorial en Colombia.
Por eso y de manera resumida, sugiero algunas líneas que podrían ser útiles para el próximo gobierno:
- Ampliar y acelerar el proceso de registro y regularización de migrantes, por un lapso mínimo de un año, con el fin de acelerar los procesos de integración socioeconómica y cultural y aumentarla cobertura de quienes no quedaron regularizados ni caracterizados.
- Dar prioridad al enfoque territorial en la regularización y la integración de migrantes. Los gobiernos locales necesitan asistencia técnica y apoyo económico para lograr las metas de inclusión social, laboral y creación de ingresos. Focalizar la gestión de las migraciones en las veinte ciudades que reciben más migrantes puede llegar a más del 85 % de esta población.
- Mejorar los mecanismos de coordinación con la cooperación internacional y la sociedad civil. Consolidar una mesa nacional de movilidad humana para lograr coordinar acciones, así como constituir un grupo de donantes para la movilidad humana en los primeros cien días resultará fundamental para alcanzar las metas.
- Vincular al sector privado en las estrategias de desarrollo local con población migrante y poblaciones de acogida. El sector empresarial tiene una oportunidad de ampliar sus mercados con los flujos migratorios. Además, podría consolidar clúster alrededor de productos de exportación, turismo y agroalimentos. Esto podría impulsar la economía de zonas rurales y aportar al desarrollo económico local.
- Liderar el diálogo hemisférico sobre movilidad humana. Colombia se ha convertido en un ejemplo mundial y regional para las migraciones. Su liderazgo será fundamental para impulsar medidas de cooperación mutua en el continente, frente a movilidad humana extra e intracontinental y podrían lograrse acuerdos regionales en materia de integración y desarrollo.