Refugiados y migrantes tienen diferentes necesidades de salud física y mental: ¿Cómo se manejan?

◉ En todo el mundo, más de mil millones de personas están en movimiento, lo que aproximadamente representa una de cada siete personas de la población mundial.

EL VENEZOLANO COLOMBIA

Los refugiados y migrantes tienen diferentes necesidades de salud física y mental, configuradas por las experiencias en su país de origen, su tránsito migratorio, las políticas de entrada e integración del país de acogida y las condiciones de vida y trabajo. Esas experiencias pueden aumentar la vulnerabilidad de los refugiados y migrantes a las enfermedades crónicas e infecciosas.

La pandemia de COVID-19 ha interrumpido los servicios de salud, poniendo en mayor riesgo a las personas que ya se encuentran en situaciones vulnerables y obstaculizando la capacidad de los sistemas de salud para responder a sus necesidades.

Datos e informaciones fundamentales sobre los refugiados y migrantes

La definición del término refugiado aparece en el artículo 1 de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados, de 1951 (3). No existe una definición generalmente aceptada del término migrante ( 4). Sin embargo, el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas define un migrante internacional como «toda persona que cambie de país de residencia habitual», y esta definición incluye a toda persona que se traslade o se haya trasladado a través de una frontera internacional, independientemente de su condición jurídica, la duración de la estancia en el extranjero y las causas de la migración ( 5).

A los migrantes se les puede otorgar un estatus migratorio que limita su derecho y acceso a la atención de salud. Sin embargo, el derecho internacional garantiza el acceso universal en consonancia con la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en particular con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 3 (Garantizar una vida sana y promover el bienestar para todos en todas las edades) (6).

Aunque el trato que se les dispensa se rige por marcos jurídicos independientes, los refugiados y migrantes tienen los mismos derechos humanos universales y las mismas libertades fundamentales que otras personas (7).

En 2021, los países con el mayor número de refugiados que los abandonaron fueron: 1. República Árabe Siria, 2. Venezuela, 3. Afganistán, 4. Sudán del Sur, y 5. Myanmar, mientras que los que acogieron al mayor número de refugiados fueron: 1. Turquía, 2. Colombia, 3. Uganda, 4. Pakistán, y 5. Alemania (8).

En las cinco primeras semanas desde la escalada del conflicto en Ucrania, el 24 de febrero de 2022, más de cuatro millones de refugiados de ese país cruzaron las fronteras hacia los países vecinos, y muchos más se han visto obligados a desplazarse dentro del país (9).

En 2020, los principales países de origen de los migrantes internacionales fueron: 1. India, 2. México, 3. Federación de Rusia, 4. República Árabe Siria, y 5. China. Los Estados Unidos de América han sido el principal país de destino de los migrantes internacionales desde 1970, y Alemania es el segundo destino principal (10).

Necesidades y vulnerabilidades comunes de salud de los refugiados y migrantes

Los refugiados y migrantes son un grupo diverso y tienen múltiples necesidades de salud, que pueden diferir de las de las poblaciones de acogida.

Los refugiados y migrantes a menudo provienen de comunidades afectadas por guerras, conflictos, desastres naturales, degradación ambiental o crisis económica. Emprenden viajes largos y agotadores con escaso acceso a alimentos y agua, saneamiento y otros servicios básicos, lo que aumenta su riesgo de contraer enfermedades transmisibles, en particular el sarampión, y enfermedades transmitidas por los alimentos y el agua. También pueden estar expuestos a sufrir lesiones accidentales, hipotermia, quemaduras, embarazos no deseados y complicaciones relacionadas con el parto, así como diversas enfermedades no transmisibles como resultado de la experiencia migratoria, las políticas restrictivas de entrada e integración y la exclusión.

Los refugiados y migrantes pueden llegar al país de destino con enfermedades no transmisibles mal controladas, ya que no recibieron atención durante el viaje. La atención materna suele ser un primer punto de contacto con los sistemas de salud para las refugiadas y migrantes.

Los refugiados y migrantes también pueden estar en riesgo de tener mala salud mental debido a experiencias traumáticas o estresantes. Muchos de ellos experimentan sentimientos de ansiedad y tristeza, desesperanza, dificultad para dormir, fatiga, irritabilidad, ira o dolores y molestias, pero para la mayoría de las personas esos síntomas de angustia mejoran con el tiempo. Pueden estar más expuestas a sufrir depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático (TEPT) que las poblaciones de acogida.

La salud de los refugiados y migrantes también está fuertemente relacionada con los determinantes sociales de la salud, como el empleo, los ingresos, la educación y la vivienda.

Obstáculos al acceso a los servicios

Los refugiados y migrantes siguen siendo unos de los grupos más vulnerables de la sociedad, y a menudo se enfrentan a la xenofobia; discriminación; condiciones de vida, vivienda y trabajo deficientes; y acceso deficiente o restringido a los servicios de salud generales.

Los migrantes, en particular los que están en una situación irregular, suelen excluirse de los programas nacionales de promoción de la salud, prevención, tratamiento y atención de enfermedades, así como de la protección económica en el ámbito de la salud. También pueden enfrentar elevadas tarifas de usuario, bajos niveles de conocimientos sobre la salud, poca competencia cultural entre los proveedores de salud, estigma e insuficientes servicios de interpretación.

Los obstáculos son aún mayores para las personas con discapacidad. Las mujeres y niñas pueden tener dificultades para acceder a servicios de protección e intervención frente a la violencia sexual y de género. Los niños refugiados y migrantes, especialmente los menores no acompañados, tienen más probabilidades de experimentar eventos traumáticos y situaciones estresantes, como la explotación y el abuso, y pueden tener dificultades para acceder a los servicios de salud.

En los entornos humanitarios, la posibilidad de acceder a los servicios de salud suele verse afectada y complicada por la escasez de medicamentos y la falta de establecimientos de salud.

COVID-19

La pandemia de COVID-19 ha contribuido a aumentar el riesgo de infección y muerte para los refugiados y migrantes. Las personas en movimiento pueden tener pocas herramientas para protegerse, como el distanciamiento social, la higiene de manos y el autoaislamiento, que a menudo no son posibles.

La pandemia ha puesto de relieve las desigualdades existentes en el acceso y utilización de los servicios de salud. Los refugiados y migrantes también han sufrido el efecto económico negativo del confinamiento y las restricciones de viaje. La pérdida de ingresos y la inseguridad en la atención de salud pueden haber afectado especialmente a los trabajadores migrantes. También pueden haber experimentado inseguridad jurídica y social causada por el aplazamiento de las decisiones sobre la situación migratoria o una reducción de los servicios laborales, jurídicos y administrativos.

La OMS cree que todas las personas, incluidos los refugiados y migrantes, deben poder disfrutar del derecho a la salud y el acceso a servicios de salud de alta calidad centrados en las personas (en inglés) sin impedimentos financieros, como lo expresa nuestro compromiso con la cobertura sanitaria universal. Los sistemas de salud deben incorporar las necesidades de los refugiados y migrantes en las políticas nacionales y locales de salud y en la financiación, planificación, ejecución, seguimiento y evaluación de los programas de salud. En las respuestas de emergencia rápidas y eficaces, a veces puede ser necesario prestar los servicios de salud en el marco de una estructura paralela al sistema nacional de salud, pero a largo plazo la salud de los refugiados y migrantes debe integrarse en los servicios existentes.

La OMS trabaja en todo el mundo para garantizar los derechos a la salud de los refugiados y migrantes y lograr la cobertura sanitaria universal. Por conducto del Programa de Salud y Migración, y en colaboración con las oficinas regionales y en los países, la OMS proporciona liderazgo mundial, promoción, coordinación y políticas en materia de salud y migración; establece normas y reglamentaciones para apoyar la toma de decisiones; hace el seguimiento de las tendencias, fortalece los sistemas de información sobre la salud y promueve herramientas y estrategias; proporciona asistencia técnica, respuesta y apoyo al fomento de la capacidad para hacer frente a los problemas de salud pública; y promueve la acción y la colaboración multilaterales mundiales trabajando con organismos de las Naciones Unidas y otras partes interesadas internacionales, así como formando parte de la Red de las Naciones Unidas sobre Migración.La OMS colabora con los países para crear sistemas de salud sólidos que cuenten con el apoyo de un personal bien capacitado, culturalmente sensible y competente, y que tengan en cuenta las necesidades de los refugiados y migrantes, sus idiomas y sus problemas específicos de salud.

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