
EL VENEZOLANO COLOMBIA
El gobierno de Estados Unidos ha confirmado la separación de una niña venezolana de sus progenitores, quienes, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), estarían relacionados con la organización criminal conocida como Tren de Aragua.
Esta acción generó reacciones encontradas, entre ellas denuncias de abuso por parte de autoridades venezolanas, mientras la familia de los involucrados niega las acusaciones.
Acusaciones formales contra los padres
El comunicado del DHS, difundido el 26 de abril, identificó al padre de la menor, Maiker Espinoza Escalona, como miembro activo del Tren de Aragua. Según el informe oficial, Espinoza coordinaba actividades ilícitas como homicidios, tráfico de estupefacientes, secuestros, extorsiones y explotación sexual.
Asimismo, su pareja, Yorely Escarleth Bernal Inciarte, habría participado en el reclutamiento de mujeres jóvenes para fines ilícitos.
Destino de la menor tras la separación
Actualmente, la niña se encuentra bajo la tutela de la Oficina de Reubicación de Refugiados. Las autoridades estadounidenses indicaron que fue ubicada en una familia de acogida, siguiendo los protocolos de protección infantil aplicables a situaciones de riesgo.
El DHS enfatizó que ambos adultos enfrentaban órdenes de deportación y habían ingresado de manera irregular al territorio estadounidense.
Versión de la familia de los acusados
Desde Venezuela, María Escalona Fernández, madre de Maiker Espinoza, rechazó las imputaciones. En declaraciones al medio Tal Cual, argumentó que su hijo emigró en busca de mejores oportunidades y que nunca estuvo involucrado en actividades criminales.
Afirmó que los tatuajes de Espinoza, dedicados a su hija y su difunto padre, fueron malinterpretados como indicativos de afiliación delictiva.
Contexto migratorio y polémica
La situación ocurre en medio de un contexto de endurecimiento de políticas migratorias en Estados Unidos, impulsadas por la administración de Donald Trump. Las medidas incluyen deportaciones aceleradas y confinamientos en centros como el Cecot de El Salvador, donde permanece detenido Espinoza. Mientras tanto, la controversia sigue creciendo, alimentada por acusaciones de violaciones a derechos humanos y denuncias de tratos injustos hacia migrantes venezolanos.
El caso de la niña venezolana separada de sus padres pone en evidencia las tensiones entre las acciones de control migratorio y el respeto a los derechos de las familias. Mientras Estados Unidos justifica su proceder por razones de seguridad, familiares y defensores de los migrantes denuncian injusticias, abriendo un debate que trasciende las fronteras.