
EL VENEZOLANO COLOMBIA | MAIBORT PETIT
Una nueva tragedia sacude a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) tras un accidente ocurrido el 13 de abril de 2025 en el Fuerte Guaicaipuro, durante un ejercicio de tiro con el sistema de arma Cañón sin Retroceso de 106 mm. El saldo: dos oficiales fallecidos y dos gravemente heridos con quemaduras de segundo y tercer grado.
Entre los fallecidos se encuentra el Mayor Elvis Antonio Contreras Antúnez, un oficial técnico que no debía estar en ese tipo de operación, pero que como muchos otros en la actual coyuntura fue obligado a asumir funciones que no le correspondían. Contreras, que trabajaba en el oriente del país, tenía familia en el estado Zulia. Su pérdida ha generado indignación dentro del cuerpo técnico de la FANB, que denuncia una sobrecarga de trabajo y falta de personal operativo capacitado.
- El Mayor Carlos Eduardo Marcano Martínez (herido, trasladado al Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo).
- El Sargento Primero Gabriel Enrique Méndez Ramos (herido, también trasladado al Hospital Militar).
- El Sargento Ayudante José Domingo Corrales Sánchez (fallecido).
Según el reporte oficial, la causa del accidente fue una percusión prematura del proyectil, probablemente resultado de una falla humana. Sin embargo, voces internas señalan que el verdadero origen del incidente radica en una combinación de negligencia estructural y decisiones administrativas que están poniendo en riesgo a los oficiales.
La Dirección Logística del Ejército Bolivariano (EJB), a través del Sistema Autónomo de Ejecución de la Junta de Bienes (SAEJB), confirmó el suceso e inició una investigación, aunque se teme que las responsabilidades se diluyan en una cadena de mando saturada y poco transparente.
Lo que hoy es una tragedia pudo haberse evitado si no se siguiera arrastrando la práctica de asignar tareas críticas a personal técnico, en clara violación de protocolos y competencias. Este accidente reabre el debate sobre la crisis interna de la FANB, el agotamiento operativo y la urgencia de revisar las políticas de formación, asignación y responsabilidad en tiempos de severa desinstitucionalización.