EL VENEZOLANO COLOMBIA
En 2024, los venezolanos en el exterior enviaron $3.800 millones a sus familiares en el país, un aumento del 8,6 % en comparación con 2023. Sin embargo, según el Banco Mundial, estas remesas representan solo el 2,36 % del total enviado a América Latina y el Caribe, una cifra que refleja las limitaciones económicas de la diáspora venezolana.
Aunque estas transferencias son esenciales para muchas familias, su impacto en la economía venezolana es reducido en comparación con otros factores.
Crecimiento de las remesas, pero con impacto limitado
El flujo de remesas hacia Venezuela ha experimentado un crecimiento moderado, alcanzando el 3,7 % del Producto Interno Bruto en 2024. Según Asdrúbal Oliveros, socio director de Ecoanalítica, aunque estas transferencias contribuyen al consumo de las familias más vulnerables, no son responsables del horrible del gasto en el país. Factores como el trabajo informal, las economías ilícitas y el deterioro del poder adquisitivo tienen un peso mayor en la dinámica económica interna.
En un contexto donde las remesas son vitales para quienes las reciben, los expertos destacan que no representan una solución estructural a la crisis económica venezolana, sino un paliativo para mitigar necesidades inmediatas.
Comparativa regional: Venezuela en desventaja
A nivel regional, América Latina y el Caribe obtuvieron un récord de $161.000 millones en remesas en 2024, un crecimiento del 5 % respecto al año anterior. En este panorama, Venezuela se posicionó como un receptor menor, con solo el 2,36 % del total. Esto se debe, en parte, a que el fenómeno migratorio venezolano es reciente y muchos de los migrantes aún enfrentan empleos precarios que les impiden enviar montos significativos.
Según el Banco Mundial, las remesas enviadas a la región oscilan entre $131 y $648 mensuales, representando entre el 6% y el 23% de los ingresos de los migrantes. En el caso venezolano, esta proporción es más baja debido a las limitaciones económicas de una diáspora que todavía lucha por estabilizarse en sus países de acogida.
Factores sociales detrás de las remesas
Más de la mitad de los migrantes venezolanos envían dinero a sus madres, y una de cada tres lo hace a sus padres, según los datos. Estas transferencias, aunque pequeñas, son un recurso crucial para las familias que las reciben. Sin embargo, el envío de remesas también refleja la precariedad de la diáspora, donde muchos trabajan en empleos informales o mal remunerados.
La cifra de migrantes venezolanos supera los 8 millones, convirtiéndose en uno de los mayores desplazamientos humanos recientes. Este fenómeno masivo ha puesto a prueba tanto a las familias receptoras en Venezuela como a los migrantes en sus nuevos entornos.
Aunque las remesas representan un alivio importante para las familias venezolanas que las reciben, su impacto económico es limitado frente a la magnitud de la crisis que enfrenta el país. Con un crecimiento moderado del 8,6 % en 2024, estas transferencias aún no logran equipararse a las de otros países de la región, reflejando los retos que enfrentan los migrantes venezolanos para estabilizarse económicamente en sus países de acogida.