EL VENEZOLANO COLOMBIA
La Navidad, una época de unión y esperanza, se vive de manera distinta para los migrantes venezolanos en Tapachula, al sur de México. Alejados de sus seres queridos y enfrentando condiciones difíciles, miles de personas intentan conservar sus tradiciones mientras lidian con la incertidumbre de su situación migratoria.
La pobreza, las restricciones gubernamentales y los largos procesos para tramitar el asilo marcan estas fiestas, dejando una mezcla de fortaleza y nostalgia en quienes anhelan una nueva oportunidad.
Celebraciones en medio de la precariedad
En las calles de Tapachula, grupos de migrantes venezolanos como Denys y su familia intentan mantener vivas sus costumbres navideñas. Sin acceso a recursos básicos, lograron preparar hallacas en fogatas improvisadas, simbolizando un acto de resistencia cultural.
“A pesar de estar tirados en la calle, hacemos nuestras hallaquitas. Todo en manos de Dios”, expresó Denys, reflejando la fortaleza de quienes no dejan que la adversidad apague el espíritu navideño.
El peso de las políticas migratorias
La incertidumbre se intensifica con las estrictas políticas migratorias impuestas por México y la expectativa de cambios en Estados Unidos. La aplicación ‘CBP One’, que facilita el trámite de citas de asilo, ha sido una luz para algunos, pero su futuro es incierto. Con la llegada de Donald Trump al poder en enero, tanto migrantes como autoridades temen que se endurezcan aún más las condiciones.
Claudia Sheinbaum, presidenta de México, ha advertido que el programa podría ser suspendido, lo que deja a millas de personas en un limbo. Mientras tanto, muchos dependen de la caridad de los vecinos para alimentarse, como José, un migrante que vive con su hijo en la acera. “Comemos gracias a lo que nos traen”, comenta, reflejando la dura realidad de quienes no pueden acceder a empleo en la región.
Caravanas que no se detienen
Mientras algunos intentan estabilizarse en Tapachula, otros continúan su travesía hacia el norte. Durante el mes de diciembre, dos nuevas caravanas partieron desde el sur de México, cruzando el país a pie en busca de mejores oportunidades. Estas familias avanzan entre largas caminatas y noches a la intemperie, impulsadas por la esperanza de una vida digna.
Tradición y unión: Un respiro en tiempos difíciles
A pesar de los desafíos, la comunidad migrante encuentra fuerza en la unión. La celebración de Navidad, aunque humilde, se convierte en un espacio para compartir historias, risas y tradiciones. Cocinar en fogatas, compartir alimentos y recordar costumbres de su país natal son actos que les permiten mantener viva la conexión con su identidad y su esperanza.
La Navidad para los migrantes venezolanos en Tapachula es un recordatorio de su resiliencia. Enfrentando políticas restrictivas y condiciones precarias, estos hombres, mujeres y niños buscan construir una vida mejor, sin perder de vista sus raíces y tradiciones. La esperanza y el espíritu de comunidad son su refugio en esta etapa de incertidumbre, demostrando que, incluso en medio de la adversidad, la humanidad prevalece.