EL VENEZOLANO COLOMBIA
Venezuela atraviesa su sexta ola migratoria, marcada por un nuevo repunte en el éxodo de ciudadanos tras las elecciones presidenciales del 28 de julio. La desesperanza por la falta de soluciones políticas y económicas ha llevado a miles de venezolanos a abandonar el país en busca de mejores condiciones de vida. Este fenómeno, que se ha mantenido durante décadas, preocupa a los países receptores de migrantes en la región, como Colombia y Brasil, que están viendo un aumento significativo en el flujo migratorio.
La sexta ola migratoria: un reflejo de la crisis
El Observatorio de Migraciones en Venezuela ha advertido sobre una nueva fase en el proceso migratorio que vive el país. Esta sexta ola responde a la falta de expectativas de cambio político y la creciente inseguridad que se ha apoderado de la nación. Según Tomás Páez Bravo, presidente del Observatorio de la Diáspora Venezolana, el éxodo de venezolanos ha sido constante desde 1999, pero esta última etapa está siendo especialmente intensa.
Desde agosto de 2024, más de 114.000 venezolanos han ingresado a Colombia, lo que representa un incremento del 40% en comparación con el mismo mes del año anterior. Este aumento también se ha registrado en Brasil, donde cada día cruzan la frontera alrededor de 500 venezolanos, sumando más presión a las ya afectadas ciudades fronterizas.
Las olas migratorias anteriores
La migración venezolana no es un fenómeno reciente. Desde el año 2002, cuando se registró la primera gran ola tras el paro petrolero, hasta la más reciente etapa en 2020, motivada por la pandemia, los venezolanos han dejado su país en busca de oportunidades. La primera ola se caracterizó por la salida de profesionales y clases medias con recursos suficientes para establecerse en países como Estados Unidos y Europa. En cambio, las olas posteriores se vieron marcadas por la escasez, la crisis humanitaria y la falta de planificación de quienes partían.
La cuarta y quinta olas, entre 2017 y 2020, destacaron por la huida masiva de personas en condiciones extremas, muchas veces sin medios económicos ni documentos válidos. Los migrantes recorrían largas distancias a pie, conocidos como «los caminantes», buscando refugio en países como Colombia, Perú y Chile. Esta migración, que en sus inicios estaba compuesta mayoritariamente por adultos jóvenes, ha evolucionado hacia movimientos familiares, con padres, hijos y hasta personas mayores emprendiendo el viaje.
La actual migración post-electoral
El detonante de esta sexta ola ha sido la falta de un cambio político tangible tras las elecciones presidenciales de julio de 2024. La frustración de los venezolanos, sobre todo entre los jóvenes, ha impulsado esta nueva fase migratoria.
A diferencia de las olas anteriores, la actual tiene como protagonistas a jóvenes que abandonan sus estudios y ven en la migración una salida ante la falta de oportunidades en su país. La frontera con Colombia y Brasil ha sido el principal destino de estos migrantes, pero también se han identificado flujos hacia países más lejanos, como Argentina, Chile y Perú.
El impacto regional
Este éxodo masivo está generando preocupación en los países receptores. En Colombia, que ya alberga a más de 2,8 millones de venezolanos, la mayoría de los migrantes no contempla regresar en el corto plazo. Un estudio reciente del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) reveló que el 80% de los venezolanos en Colombia planea quedarse debido a la falta de expectativas de cambio en Venezuela.
A su vez, el paso de migrantes por la peligrosa selva del Darién, en ruta hacia Estados Unidos, ha disminuido un 31% este año en comparación con 2023, aunque sigue siendo una vía peligrosa utilizada por miles de personas. Otros destinos, como Guyana y Trinidad y Tobago, también están recibiendo un número creciente de migrantes venezolanos.
La sexta ola migratoria en Venezuela refleja una crisis que, lejos de solucionarse, sigue impulsando la salida masiva de ciudadanos en busca de estabilidad. Mientras las expectativas de un cambio político permanecen estancadas, la migración continuará siendo la única opción para miles de venezolanos. A medida que los países de la región enfrentan este desafío humanitario, se hace evidente la necesidad de encontrar soluciones conjuntas que mitiguen el impacto de este fenómeno migratorio.