EL VENEZOLANO COLOMBIA | INFOBAE
A una semana de la apertura de la frontera entre Colombia y Venezuela por el paso del puente internacional Atanasio Girardot, las vitrinas y estantes de los pocos negocios que quedan en pie en el estado de Táchira, nuevamente, se ven sin espacios, gracias al paso de productos colombianos.
Al entrar, por unos pocos minutos, los clientes logran transportarse a un supermercado colombiano, rodeados de productos que dejaron de ver hace poco más de 6 años, cuando Nicolás Maduro anunció el cierre unilateral de la frontera con Colombia, luego de que un grupo de soldados de las Fuerzas Armadas Bolivarianas fueran atacados el 19 de agosto de 2015.
La medida, inicialmente, se extendió por 72 horas, pero luego de atribuir el hecho a los paramilitares colombianos, Maduro decidió mantenerla de forma indefinida hasta que fueran capturados los responsables del caso.
Se dieron varias aperturas peatonales en el transcurso de los últimos años, pero el transporte de carga se detuvo. Así que los productos colombianos empezaron a llegar en pequeñas cantidades a territorio venezolano. Solo se veían artículos de primera necesidad y la mayoría de las veces estos eran pasados por la trocha.
Pero esto cambió el primero de enero, con la apertura del puente Atanasio Girardot. Nuevamente, camiones repletos de alimentos y artículos de aseo comenzaron a llegar a los municipios venezolanos que quedan cerca de la frontera.
Impacto en los municipios venezolanos cerca de la frontera
Con la medida no solo se reactivó el comercio entre ambas naciones, sino también en esta región, apartada de Caracas y otras grandes zonas urbanas.
Es un nuevo comienzo para los habitantes de la frontera, aun cuando el precio de los productos puede aumentar hasta un 30% al pasar de un país a otro, dependiendo de qué tan lejos o cerca se viva de la línea fronteriza.
Sin embargo, aun así, lo aceptan, porque saben que el incremento podría deberse a los costos del transporte, y estos son mucho más bajos que los de desplazare a territorio colombiano, con todo lo que esto implica.
Beneficios de que fuera restablecido el paso de camiones de carga
Con la llegada de cientos de productos, los habitantes de municipios venezolanos cercanos a la frontera pueden evitar desplazarse cada vez que necesiten surtir sus alacenas. Esto disminuye los roces con los agentes fronterizos e, incluso, los riesgos de transitar caminos controlados por bandas criminales que cobran una tarifa por el paso, tanto de personas como de mercancía.
Los días con paso restringido ahora son un invento del pasado. Y los venezolanos parecen haberse preparado para la reapertura, incluso antes del cambio de Gobierno en Colombia. La moneda predilecta para realizar sus transacciones es el peso colombiano, desde hace meses.
Y así como el dólar se convirtió en la moneda que más se utiliza en otras regiones de Venezuela, cerca de la frontera el peso manda la parada. Y les devuelve algo de esperanza. La misma que, en tiempos de escasez, el bolívar les arrebató.