Una cruzada civilizacional, como mínimo. Porque la guerra civil en Venezuela podría apenas comenzar con la salida de Maduro, si acaso sale. Porque el chavismo hizo metástasis y se convirtió en madurismo, que no es más que el castrismo y el foquismo con dinero sucio.
¿Cómo recuperar la gobernabilidad en Venezuela?
¿Cómo reconstruir la confianza en sus instituciones republicanas?
¿Cómo desarmar tantas mafias, con y sin uniforme, que hoy se disputan como zamuros los restos del país?
¿Cómo liberar al pueblo venezolano, atrapado entre dos fuegos y rehén de un gobierno incapaz, corrupto y esencialmente dictatorial?
¿Qué pasará cuando la oposición finalmente llegue al poder, si algún día hay elecciones libres y confiables, y deba ajustar el precio de los servicios públicos, reducir nómina pública y subsidios clientelares?
¿Cómo haremos para que los miles de activistas chavistas inmersos en consejos comunales, “ubchs”, frentes, misiones, mesas técnicas, milicias y colectivos que forman el universo chavista/madurista/castrista acepten la legalidad?
¿Debemos los ciudadanos verdaderamente demócratas tolerar la farsa de los líderes chavistas haciéndose pasar por oposición, reclamando lo que ellos destruyeron y financiando con su dinero mal habido las protestas mercenarias de su clientela política?
Venezuela debe ser reconquistada y colonizada con valores civiles y republicanos, con manos desarmadas, con inteligencia, ciencia, trabajo y cultura. Con la fuerza de la decencia, Santos Luzardo sometiendo a Doña Bárbara. Será una gigantesca cruzada. En la cual habrá que confinar, neutralizar y silenciar a las voces hipócritas que pretenderán homologar la opinión del científico con la del dirigente chavista de base, bajo la falacia de “escuchar todas las voces”. No hay nada que escuchar. Los responsables del Gobierno de Maduro, es decir, todos los que colaboraron y dirigieron su era oscura de 2014 al presente, deben ser inhabilitados políticamente. Y sus medios silenciados.
Venezuela requiere una transición libre del fantasma electoral y el populismo chavista. Mínimo cinco años de un gobierno estabilizador, restaurador, nivelador. Es mucho el daño. Hay una generación pérdida. Hay un exilio creciente y una guerra silenciosa que deberá librarse contra las mafias judiciales, políticas, militares y policiales que arruinaron y saquearon nuestro país. Es eso, o seguir administrando la miseria, turnándose al saqueo del dinero público y tolerando las mismas caras y las mismas historias. Para salvar a Venezuela, hay que reconquistarla con la ley y con el orden.
Fuente: El Pitazo