
EL VENEZOLANO COLOMBIA
Un informe reciente reveló que casi la mitad de la población venezolana contempla abandonar su país antes de octubre de este año. La cifra del 46,5 % representa un aumento significativo frente al 43,7 % registrado a inicios de 2024.
Esta tendencia ascendente marca una nueva fase del éxodo masivo, impulsada principalmente por la desconfianza en una transición política y la agudización de la crisis económica.
España y Colombia, destinos preferidos ante el deterioro institucional
El estudio elaborado por la consultora Datos es Noticia ubica a España como la primera elección migratoria, seguida de Colombia, Estados Unidos, Chile y Argentina. Por primera vez, el desencanto con el sistema político encabeza las motivaciones para salir del país, desplazando al hambre y la inflación, que marcaron las anteriores olas migratorias.
La falta de alternancia en el poder, la reelección de Nicolás Maduro y la ausencia de garantías democráticas han erosionado la fe ciudadana. En palabras de Edward Rodríguez, director del informe, “la esperanza del cambio se extinguió, y muchas personas creen que Venezuela seguirá el camino de Cuba”.
Una salida masiva sin precedentes y en menor tiempo
El escenario planteado alerta sobre una posible huida de hasta 4,7 millones de personas en un lapso de seis meses. Esta cifra supera por 700.000 la registrada entre 2018 y 2019, durante el primer mandato de Donald Trump, aunque aquella se produjo en un periodo de dos años.
El informe también destaca que uno de cada cuatro ciudadanos ya tiene un plan migratorio activo, lo que refuerza la urgencia del fenómeno. Casos como el de Robert Acuña, joven próximo a graduarse en periodismo, reflejan cómo la falta de oportunidades laborales y la censura mediática llevan a los jóvenes a contemplar el exilio como única alternativa.
Colombia, sin preparación para una nueva oleada
Aunque Colombia se mantiene como uno de los principales países receptores, expertos advierten que no cuenta con la infraestructura ni las políticas necesarias para atender un flujo migratorio de esa magnitud. Ronal Rodríguez, del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, sostiene que “no hay una estrategia estatal sólida ni liderazgo político dentro de Migración Colombia”.
Además, la desaparición de programas de cooperación internacional, como los financiados por USAID, y el cierre institucional del órgano migratorio nacional, agravan el panorama. Según Rodríguez, desde 2021 no se han implementado políticas de regularización, lo que deja a los migrantes expuestos a la informalidad y al riesgo de estigmatización.
Migración silenciosa y percepción de inseguridad
Otro hallazgo preocupante del informe es el carácter discreto de esta nueva ola. A diferencia de desplazamientos anteriores, la actual migración es menos visible, ya que muchos ciudadanos optan por rutas informales o evitan registrar su salida, buscando evitar controles o procesos legales.
Este fenómeno se ve agravado por discursos políticos criminalizantes en la región, como los promovidos por Donald Trump, que han generado miedo entre los migrantes. A ello se suma la creciente asociación de los venezolanos con estructuras delictivas como el Tren de Aragua, lo que alimenta la xenofobia y dificulta la integración en los países de acogida.