EL VENEZOLANO COLOMBIA
El Catatumbo, una de las regiones más golpeadas por la violencia en Colombia, enfrenta una crisis humanitaria que pone en jaque a la Nación. Durante un evento oficial, el presidente Gustavo Petro calificó la situación como un fracaso estatal y señaló que la codicia ha reemplazado las causas revolucionarias de los grupos armados.
Con kilómetros de desplazados y una creciente inseguridad, la región se convierte en un reflejo de los retos históricos que enfrenta el país para lograr la paz y la justicia social.
Un conflicto fuera de control
El presidente Petro describió la situación del Catatumbo como uno de los momentos más dramáticos de la historia reciente de Colombia.
Las cifras son alarmantes: más de 32.000 personas han sido desplazadas, según la Defensoría del Pueblo, mientras Medicina Legal reporta 35 cuerpos recuperados en medio del conflicto. El desplazamiento masivo afecta principalmente a municipios como Cúcuta, Ocaña y Tibú, que enfrentan una sobrecarga de demandas sociales y humanitarias.
La codicia reemplaza la revolución
En su intervención, el mandatario se arremetió contra el Ejército de Liberación Nacional (ELN), señalando que este grupo armado ha abandonado cualquier propósito revolucionario en favor del lucro desmedido.
Según Petro, el uso de armas y el control de recursos económicos han degradado los ideales que alguna vez justificaron su existencia. “La revolución no se hace con dinero. Cuando la codicia sustituye a la revolución, esta desaparece”, afirmó.
Críticas y autocríticas frente al papel del Estado
El presidente reconoció que el Catatumbo representa un fracaso estatal, cuestionando cómo el ELN logró fortalecerse militarmente en tan poco tiempo. Además, lamentó la falta de información clara sobre los hechos, destacando que los rumores prevalecen sobre los datos verificables.
Petro también señaló la necesidad de una unidad nacional para enfrentar esta crisis, pidiendo que los debates políticos no interfieran con la construcción de soluciones concretas.
Implicaciones internacionales y críticas a la oposición
Petro también aprovechó para criticar a quienes han sugerido una intervención militar en Venezuela, argumentando que tales declaraciones podrían agravar las tensiones regionales.
En particular, cuestionó al expresidente Álvaro Uribe por su postura, señalando que estas propuestas pueden llevar a reacciones adversas y alejar aún más a la región de la democracia y la estabilidad.
Desafíos inmediatos y el llamado a la acción
Ante la magnitud de la crisis, el gobierno enfrenta el desafío de respuestas articulares efectivas que prioricen la atención a los desplazados y el desmantelamiento de los actores armados. Organismos internacionales y locales han comenzado a responder, pero la situación exige un compromiso sostenido y coordinado para evitar que el Catatumbo se convierta en un símbolo del colapso estatal.
La crisis en el Catatumbo deja al descubierto las profundas debilidades institucionales de Colombia frente al conflicto armado. Para el presidente Petro, el camino hacia la paz requiere superar la codicia que alimenta la violencia y construir un Estado capaz de garantizar justicia y seguridad a sus ciudadanos. La región es una dura lección sobre la urgencia de fortalecer la gobernabilidad y atender las raíces estructurales de la guerra.