EL VENEZOLANO COLOMBIA
Maribel Hidalgo, una madre venezolana, atraviesa días de incertidumbre desde que se conoció que la nueva administración estadounidense, liderada por Donald Trump, podría limitar o eliminar las protecciones temporales otorgadas a inmigrantes como ella. Después de huir de Venezuela junto a su hijo y superar una travesía llena de peligros, la posibilidad de deportación pone en riesgo su estabilidad y la de miles de familias que confiaban en el Estatus de Protección Temporal (TPS).
Un salvavidas para quienes huyen del peligro
El TPS, implementado bajo la administración de Joe Biden, permite a inmigrantes de países considerados inseguros, como Venezuela, permanecer y trabajar legalmente en Estados Unidos. Este estatus no solo ha beneficiado a venezolanos, sino también a ciudadanos de Haití, Afganistán y Sudán, entre otros. Actualmente, más de un millón de personas dependen de esta medida para su seguridad y subsistencia.
Hidalgo es una de estas beneficiarias. Tras abandonar su país natal debido a la crisis económica y política, recorrió a pie el peligroso Tapón del Darién y atravesó México en condiciones precarias hasta llegar a Estados Unidos. Ahora, su temor de ser deportada después de tanto sufrimiento es palpable. «Mi única esperanza era el TPS», afirma con lágrimas.
Declaraciones controvertidas y el riesgo de recortes
La llegada de Trump y su compañero de fórmula, JD Vance, plantea un panorama incierto para el TPS. Ambos han señalado que limitarían estas protecciones como parte de una política migratoria más estricta. Las afirmaciones, algunas infundadas, han generado alarma entre los beneficiarios del programa.
Vance mencionó en un mitin en Arizona que buscarán poner fin a concesiones masivas de TPS y de libertades condicionales humanitarias. Por su parte, Trump ha amplificado estigmas en torno a inmigrantes, asociándolos con problemas de seguridad en comunidades locales, lo que ha agravado la percepción negativa hacia grupos como los venezolanos y haitianos.
Fechas de expiración y una posible extensión
El TPS otorga un alivio de hasta 18 meses, pero debe ser renovado periódicamente. Algunas designaciones, como las de Venezuela y Sudán, caducan en abril, lo que deja a los beneficiarios en una constante incertidumbre. Aunque las normativas permiten terminar las protecciones antes de tiempo con 60 días de preaviso, esto nunca se ha implementado, pero las amenazas actuales preocupan a quienes dependen de esta medida.
El programa, en esencia, se creó como una solución temporal, pero en la práctica, muchos beneficiarios han vivido años bajo esta protección debido a renovaciones continuas. Para personas como Maribel Hidalgo, estas extensiones han sido cruciales para rehacer sus vidas en un país que ven como su único refugio.
La lucha por un futuro seguro
Mientras se definen las políticas de la nueva administración, millones de inmigrantes siguen viviendo en una incertidumbre desgarradora. Hidalgo, como muchos otros, teme perder el único respiro que ha encontrado para ella y su hijo después de una travesía llena de adversidades.
«Después de todo lo que sufrí para llegar aquí, no puedo imaginar volver», dice. La historia de Maribel no es única, sino un reflejo del esfuerzo y sacrificio de miles de venezolanos que ven en el TPS una tabla de salvación. Sin embargo, con las amenazas de cambios en el horizonte, el futuro de estas familias sigue pendiendo de un hilo.
