¿Crisis entre Lula y Maduro?

◉ A pesar de sus antiguos lazos con Maduro, Lula ha comenzado a marcar distancias. Brasil comentó que la actitud crítica hacia el gobierno venezolano se ha fortalecido, aunque destacó que clasificar a países como “dictaduras” no es una práctica que beneficie a su país

EL VENEZOLANO COLOMBIA

El asesor principal del presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, Celso Amorim, ha calificado de «desproporcionada» la reacción de Venezuela tras el veto que Brasil ejerció en la reciente cumbre de los BRICS, celebrada en Rusia.

Amorim destacó en una audiencia en la Cámara de Diputados que, aunque existen tensiones entre ambos países, la respuesta de Venezuela ha superado los límites esperados, con acusaciones directas hacia el presidente Lula y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil, conocido como Itamaraty.

La Razón del Veto de Brasil a Venezuela en el Bloque BRICS

La exclusión de Venezuela del grupo BRICS (que integra a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ha generado fricciones diplomáticas. Según Amorim, la decisión se fundamenta en que, en este momento, la incorporación de Venezuela «no contribuye al mejor funcionamiento de los BRICS.»

Brasil considera que, dadas las circunstancias actuales, Venezuela no aportaría estabilidad al bloque, lo cual ha sido interpretado por la administración de Maduro como una postura contraria a sus intereses.

Esta decisión ha marcado un distanciamiento entre Lula y Maduro, a pesar de la histórica alianza entre ambos líderes y el vínculo que Lula mantuvo con el fallecido Hugo Chávez, predecesor de Maduro.

La creciente tensión entre ambos gobiernos también responde a la falta de transparencia en los resultados de las elecciones en Venezuela del 28 de julio, sobre los que la oposición venezolana ha presentado dudas y cuestionamientos.

Reacciones desde Venezuela: Críticas a Lula e Itamaraty

La respuesta de Maduro ante el veto fue enérgica. En un discurso reciente, acusó al Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil de haber conspirado en contra de Venezuela durante años. Afirmó que Itamaraty es un “poder dentro del poder” en Brasil, responsable de influir en decisiones que, según él, buscan debilitar a su gobierno.

Aunque Maduro no dirigió sus palabras directamente a Lula, las acusaciones generan una tensión implícita que se suma a los desacuerdos diplomáticos.

Además, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, añadió polémica al cuestionar públicamente la veracidad de un accidente doméstico que Lula sufrió en días pasados, insinuando que pudo tratarse de una excusa para no asistir a la cumbre de los BRICS. Estas declaraciones han sido vistas como una provocación que solo aumenta las tensiones entre ambos países.

Un viejo aliado que toma distancia

A pesar de sus antiguos lazos con Maduro, Lula ha comenzado a marcar distancias. Amorim comentó que la actitud crítica hacia el gobierno venezolano se ha fortalecido, aunque destacó que clasificar a países como “dictaduras” no es una práctica que beneficie a Brasil.

Lula ha optado por una política cautelosa y ha pedido transparencia a Maduro en sus procesos electorales, lo que incluye un llamado a publicar los detalles de los resultados de la última elección.

Consecuencias para la relación entre Brasil y Venezuela

La postura de Brasil ante la incorporación de nuevos miembros a los BRICS y su posición frente al gobierno de Maduro podrían influir en la futura relación entre ambos países. Aunque la alianza histórica entre Lula y el chavismo no parece disolverse, el veto a Venezuela en el bloque BRICS marca un giro hacia una relación más crítica.

Amorim ha tratado de calmar las aguas sugiriendo que Brasil se guía por criterios prácticos para el beneficio de los BRICS, aunque la reacción de Venezuela pone de manifiesto un malestar que podría tener repercusiones en la región.

La negativa de Brasil a apoyar la entrada de Venezuela en los BRICS ha desatado una reacción crítica desde Caracas, con acusaciones que involucran tanto a Lula como a Itamaraty. La respuesta de Maduro y su administración revela el profundo descontento por la decisión, mientras que Brasil mantiene su postura basada en consideraciones estratégicas para el bloque.

El distanciamiento que Lula ha tomado respecto a Venezuela podría indicar un nuevo enfoque en las relaciones entre ambos países, en un contexto donde la cooperación regional se torna cada vez más relevante.

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