EL VENEZOLANO COLOMBIA
Venezuela ha sufrido una importante disminución en su conectividad aérea internacional, perdiendo el 54% de sus vuelos hacia otros países tras la suspensión de rutas con Panamá, República Dominicana y Perú. Esta medida, implementada a finales de julio de 2024, ha tenido repercusiones no solo en el turismo, sino también en la ya frágil economía del país. La decisión ha afectado a miles de pasajeros y ha generado incertidumbre sobre el futuro de las relaciones aéreas con otras naciones.
La suspensión de vuelos y sus consecuencias
La suspensión de vuelos anunciada el 31 de julio de 2024 ha reducido significativamente la capacidad de Venezuela para mantener enlaces con el exterior. De acuerdo con la Asociación de Líneas Aéreas Venezolanas (ALAV), el país pasó de operar 181 vuelos semanales a solo 83. Esto representa una pérdida de 98 frecuencias semanales y más de 15.000 asientos disponibles, lo que repercute negativamente en el flujo de pasajeros internacionales.
Marisela de Loaiza, presidenta de ALAV, subrayó la gravedad de esta situación, destacando que más de la mitad de la conectividad aérea internacional de Venezuela se ha perdido. Las rutas afectadas, especialmente con Panamá, República Dominicana y Perú, eran claves para la conexión de Venezuela con América Latina y Estados Unidos, lo que deja a muchos pasajeros varados y con opciones limitadas.
Causas políticas detrás de la medida
El origen de esta suspensión tiene raíces políticas. El régimen venezolano la implementó en respuesta a lo que calificó como «injerencismo» de los gobiernos de derecha de estos países, tras las controversiales elecciones presidenciales del 28 de julio en las que Nicolás Maduro fue reelecto. La comunidad internacional y la oposición venezolana señalaron irregularidades en el proceso electoral, lo que motivó esta reacción del Ejecutivo.
El Ministerio de Transporte justificó la decisión como una forma de defender el derecho a la autodeterminación del pueblo venezolano, mientras que las relaciones diplomáticas con estos países también se vieron afectadas, lo que llevó a la expulsión de sus representantes.
Efectos en el turismo y la economía
El sector turístico venezolano, que había comenzado a recuperarse lentamente tras el impacto de la pandemia, ha sido uno de los más afectados por esta medida. De Loaiza, quien también preside Conseturismo, advirtió que la suspensión de vuelos no solo afecta la llegada de turistas internacionales, sino que también golpea la economía de los aeropuertos venezolanos, los cuales dejan de recibir ingresos por la disminución de operaciones.
Además, la conectividad aérea internacional ya estaba debilitada antes de la pandemia. En 2013, Venezuela contaba con 352 frecuencias semanales, una cifra que había caído drásticamente a 100 en 2019 debido a la salida de aerolíneas que no podían repatriar fondos y a la disminución de la demanda de pasajeros.
Un futuro incierto
Aunque se especula sobre una posible extensión de la medida de suspensión hasta finales de septiembre, el Ministerio de Transporte ha indicado que la restricción sigue en vigor sin una fecha de finalización clara. Además, persisten rumores sobre una posible ruptura de relaciones con España, lo que podría afectar aún más la conectividad aérea, particularmente con Europa, un mercado clave para Venezuela.
En medio de esta crisis, miles de venezolanos se ven obligados a buscar rutas alternativas para viajar, lo que complica su movilidad internacional y deja en evidencia las repercusiones de las decisiones políticas en la vida cotidiana y la economía del país.