EL VENEZOLANO COLOMBIA
La crisis migratoria de Venezuela continúa siendo una de las más grandes en la historia de América Latina, con millones de venezolanos que buscan refugio en países de la región. Según el último informe de la Plataforma de Coordinación Interagencial para Refugiados y Migrantes de Venezuela (R4V), presentado en Panamá, alrededor de 4,2 millones de venezolanos en Latinoamérica requieren asistencia urgente.
La falta de integración, vivienda adecuada y protección son algunos de los principales problemas que enfrentan estos migrantes, sumándose a las barreras económicas y legales que dificultan su inserción en las sociedades de acogida.
Vivienda: Un reto persistente
Uno de los mayores desafíos para los migrantes venezolanos es la dificultad de acceder a una vivienda digna y segura. Según el informe de R4V, los altos costos de los alquileres, junto con la falta de recursos económicos y la documentación necesaria, dificultan el acceso a una residencia estable. Un 52% de los hogares venezolanos en la región vive en condiciones que no son adecuadas ni sostenibles a largo plazo, y uno de cada cinco corre el riesgo de ser desalojado. Esta situación genera mayor vulnerabilidad, exponiendo a estas familias a quedarse sin hogar.
Además, el hacinamiento es otro problema que afecta a más del 23% de los migrantes, lo que impacta su acceso a servicios básicos como agua potable, saneamiento e higiene. Las consecuencias de vivir en condiciones precarias no solo comprometen su bienestar físico, sino que también los expone a problemas de salud y a la violencia, especialmente contra las mujeres.
Desempleo y trabajo informal
Otro de los grandes obstáculos que enfrentan los migrantes venezolanos es la falta de empleo formal. Aunque el 68% de los migrantes ha logrado regularizar su situación migratoria, aún 2,2 millones permanecen en situación irregular debido a las complicaciones legales y los altos costos de los procesos. Esta irregularidad limita sus oportunidades laborales, y la mayoría se ve obligada a trabajar en la economía informal, donde enfrentan salarios bajos, la ausencia de protección social y condiciones laborales precarias.
El 16% de los migrantes encuestados por R4V están desempleados, y aquellos que encuentran trabajo suelen enfrentarse a la discriminación y la explotación laboral. La falta de un empleo formal no solo afecta su integración económica, sino que también les impide acceder a servicios básicos como la educación y la salud, lo que perpetúa un ciclo de pobreza y exclusión.
Xenofobia y discriminación
El rechazo social y la discriminación también son barreras importantes para los migrantes venezolanos en su proceso de adaptación. Al menos un 18% de los encuestados reportó haber sido víctima de xenofobia en sus lugares de trabajo, lo que agrava su situación de vulnerabilidad.
Este tipo de actitudes no solo dificulta su inserción laboral, sino que también afecta su bienestar emocional y su capacidad para integrarse en las comunidades de acogida.
Necesidad de apoyo internacional
La crisis migratoria venezolana requiere un esfuerzo coordinado a nivel regional e internacional para poder atender las necesidades más urgentes de estos refugiados y migrantes. Aunque algunos avances se han logrado, como la provisión de vivienda para más de 230.000 personas, queda mucho por hacer. Johan González, co-coordinador de R4V, hizo un llamado a la comunidad internacional para que brinde el apoyo financiero necesario que permita continuar con los esfuerzos en la región y asegurar un futuro más digno para los migrantes venezolanos.
La situación de los migrantes venezolanos en Latinoamérica es crítica. Con millones de personas luchando por acceder a vivienda, empleo y servicios básicos, es esencial que se tomen medidas urgentes para abordar esta crisis. El apoyo internacional, junto con políticas más inclusivas en los países receptores, será clave para mejorar las condiciones de vida de quienes han tenido que abandonar su país en busca de un futuro mejor.