EL VENEZOLANO COLOMBIA
La industria de la langosta en Maine, valorada en mil millones de dólares, enfrenta un reto significativo: una población envejecida y una falta de trabajadores locales. Para abordar esta brecha, las empresas del estado están recurriendo a migrantes.
Este fenómeno no solo sostiene la economía de Maine, sino que también ilustra el papel crucial de los migrantes en el futuro económico de Estados Unidos.
La necesidad de trabajadores en la industria de la langosta
Maine, conocido por sus abundantes langostas, enfrenta una creciente escasez de trabajadores locales dispuestos a participar en la industria de alimentos. Ben Conniff, fundador de Luke’s Lobster, menciona que los residentes de Maine generalmente evitan trabajos en la manufactura de alimentos.
Desde la apertura de su planta procesadora en Saco en 2013, la mayoría de los empleados han sido migrantes. Esta tendencia refleja la necesidad de recurrir a mano de obra extranjera para mantener la producción y ventas de langostas.
El Envejecimiento de la población y la afluencia de inmigrantes
Con una población que envejece rápidamente, Maine ofrece un adelanto de cómo podría verse la economía estadounidense en el futuro. El estado tiene la población de mayor edad en Estados Unidos, con un promedio de 45.1 años.
A medida que los trabajadores nativos se jubilan, los inmigrantes están llenando los vacíos en el mercado laboral. Esta afluencia de nuevos residentes no solo ayuda a mantener la economía en funcionamiento, sino que también impulsa el potencial de crecimiento económico del país.
Iniciativas para integrar a los migrantes
Las autoridades de Maine están implementando políticas para atraer e integrar a los inmigrantes en la fuerza laboral. Los legisladores estatales están trabajando para crear una Oficina de Nuevos Estadounidenses, diseñada para facilitar la integración de los inmigrantes en la economía local. Las empresas privadas también están tomando medidas.
Luke’s Lobster, por ejemplo, lanzó la iniciativa Lift All Boats en 2022, destinada a enseñar a minorías y a otras personas ajenas a la industria cómo pescar langosta y obtener las licencias necesarias. Aproximadamente la mitad de los participantes nacieron en el extranjero.
Historias de éxito en la industria
Chadai Gatembo, un joven de 18 años que llegó a Maine desde la República Democrática del Congo hace dos años, es un ejemplo del impacto positivo de estas iniciativas. Gatembo aprendió inglés, obtuvo un permiso de trabajo y está a punto de graduarse de la preparatoria.
A pesar de sus planes de asistir a la universidad, disfrutó aprendiendo a pescar langosta y considera la posibilidad de convertirse en un pescador de langostas de tiempo completo.
Otro ejemplo es Chenda Chamreoun, quien llegó a Estados Unidos desde Camboya en 2013. Comenzó limpiando langostas en la planta de Luke’s Lobster y ascendió hasta convertirse en supervisora de control de calidad mientras aprendía inglés.
Ahora, está en el proceso de abrir su propio negocio de servicio de banquetes. Su experiencia subraya las oportunidades que Estados Unidos puede ofrecer a los inmigrantes.
Perspectivas futuras y desafíos
La Oficina de Presupuesto del Congreso estima que Estados Unidos añadió 3.3 millones de migrantes el año pasado y sumará otros 3.3 millones en 2024, comparado con los 900,000 habituales en los años previos a la pandemia.
Esta inmigración ha permitido que la fuerza laboral estadounidense crezca en 2 millones de personas, a pesar del envejecimiento de la población. Sin embargo, persisten incertidumbres sobre cuánto durarán estos flujos migratorios y cómo afectarán la economía.
En conclusión, la industria de la langosta en Maine destaca cómo los inmigrantes están llenando vacíos críticos en el mercado laboral y sosteniendo economías locales. Las iniciativas para integrar a los inmigrantes no solo benefician a la economía, sino que también brindan oportunidades significativas para quienes buscan una vida mejor en Estados Unidos.