EL VENEZOLANO COLOMBIA
En un repudiable acto de violencia escolar, una estudiante venezolana de 15 años enfrenta una angustiante realidad en Perú: ha sido víctima de repetidos ataques que le han dejado quemaduras en el rostro.
Este grave caso ha generado indignación y preocupación en la sociedad peruana, evidenciando la urgencia de abordar el acoso escolar de manera efectiva y contundente.
Incidentes de acoso
Los incidentes de acoso contra la estudiante venezolana comenzaron en diciembre, cuando sus compañeros de clases le quemaron el rostro por primera vez. Desde entonces, este acto violento se ha repetido en dos ocasiones más, siendo el último episodio el 25 de marzo del presente año.
Las quemaduras en su cara han dejado a la joven incapacitada para hablar y con dificultades para alimentarse, debido al dolor que experimenta. Con el 40 % de su rostro afectado, la adolescente se siente obligada a pasar la mayor parte del tiempo encerrada en su habitación, aislada del mundo exterior.
Falta de respuestas
A pesar de la denuncia realizada por la madre de la víctima tras el primer incidente, las autoridades educativas y los organismos de seguridad no han ofrecido respuestas satisfactorias. Esta falta de acción ha permitido que los agresores continúen actuando impunemente, perpetuando el sufrimiento de la adolescente venezolana.
Todos los ataques han ocurrido dentro de la institución educativa, y aunque se han identificado a los nueve implicados, no se ha aplicado ninguna medida disciplinaria en su contra ni contra sus padres.
Este lamentable caso de acoso escolar en Perú nos enfrenta a una realidad alarmante y urgente. La violencia perpetrada contra la estudiante venezolana no solo evidencia la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección dentro de las instituciones educativas, sino también de implementar programas efectivos de prevención y sensibilización sobre el respeto y la tolerancia.
Las autoridades educativas y los organismos pertinentes deben actuar con celeridad y determinación para brindar justicia a la víctima y garantizar un entorno escolar seguro para todos los estudiantes. Es fundamental que se establezcan protocolos claros para abordar el acoso escolar y se promueva una cultura de denuncia y apoyo mutuo entre la comunidad educativa. Solo así podremos evitar que casos como este se repitan y asegurar que todos los estudiantes puedan desarrollarse en un ambiente de paz y respeto.