EL VENEZOLANO COLOMBIA
Carmen Carcelén, una ecuatoriana conocida como «Madre Coraje», ha dedicado su vida a acoger en su humilde hogar a migrantes venezolanos desde el año 2017. Su generosidad y solidaridad han permitido que más de 50.000 personas encuentren refugio en su casa, ya sea en busca de mejores condiciones de vida o en su viaje de regreso a Venezuela.
En este desarrollo, exploraremos la increíble historia de Carmen Carcelén y su impacto en la vida de los migrantes venezolanos.
El comienzo de una noble labor
Carmen Carcelén, vendedora de frutas y legumbres en un mercado en la ciudad colombiana de Ipiales, inició su labor con los migrantes venezolanos en 2017.
Todo comenzó cuando encontró a once migrantes caminando por la carretera y decidió llevarlos en su camión hasta su casa en El Juncal, una pequeña localidad afectada por la pobreza.
Desde entonces, su casa se ha convertido en un refugio para aquellos que necesitan cobijo y apoyo.
La acogida incondicional
La mayoría de los migrantes que llegan a la casa de Carmen Carcelén permanecen entre dos y tres días, recibiendo comida, aseo y descanso antes de continuar su viaje.
Sin embargo, otros han vivido con ella durante años, e incluso algunos han alquilado habitaciones cercanas pero acuden a su hogar para obtener alimentos y ayuda.
Carmen ha acogido a personas de todas las edades y ha sido un apoyo fundamental en su travesía.
Superando desafíos durante la pandemia
La pandemia del COVID-19 afectó duramente a los migrantes venezolanos, quienes se vieron marginados y perseguidos en muchos lugares. Carmen Carcelén no permitió que esta situación detuviera su labor humanitaria.
A pesar de las restricciones y las advertencias, continuó brindando comida y apoyo a los migrantes, incluso arriesgando su propia salud. Contó con el apoyo de otros venezolanos y de donaciones de la comunidad, quienes se unieron para ayudar en tiempos difíciles.
Un legado de solidaridad
Carmen Carcelén ha dejado una huella imborrable en la vida de miles de migrantes venezolanos. Su incansable labor ha sido reconocida y documentada en el film «Carmela y los caminantes», que ha recibido premios en diferentes partes del mundo.
A través de su dedicación y generosidad, Carmen se ha convertido en una figura maternal para aquellos que han pasado por su hogar, brindándoles esperanza, apoyo y una segunda oportunidad en momentos de adversidad.
Carmen Carcelén es un ejemplo de empatía, solidaridad y valentía. Su labor desinteresada ha cambiado la vida de miles de migrantes venezolanos, ofreciéndoles un refugio seguro y el apoyo necesario para seguir adelante en sus trayectorias.
Su historia nos recuerda la importancia de la compasión y el amor hacia nuestros semejantes, independientemente de su origen o situación. Carmen Carcelén, la «Madre Coraje», seguirá siendo un faro de esperanza y un símbolo de generosidad para todos aquellos que luchan por encontrar un lugar al que llamar hogar.
