A partir de 2021 la gran mayoría de las economías del mundo comenzaron a experimentar altas tasas de inflación. Esto quiere decir que los precios de los bienes y servicios comenzaron a aumentar de manera persistente (y creciente) a lo largo del tiempo, lo que supone un gran problema ya que, en la mayoría de los casos, las personas con su mismo sueldo deben afrontar precios cada vez más elevados, dicho de otra manera, el sueldo cada vez alcanza para menos.
Desde julio de 2022 la inflación en Colombia superó el 10% en términos interanuales, y al mes de marzo de 2023 se ubicó en 13,34%, es decir, los bienes y servicios están 13,34% más caros que en marzo del año anterior. No obstante, este índice nos habla en términos muy generales, nos habla de un promedio (ponderado) sobre la variación de precios de toda la economía. Es por ello que es importante aclarar que no todos los productos (o servicios) se mueven bajo el mismo ritmo, por lo que es necesario – dependiendo del caso – observar las variaciones de precios por cada rubro.
Por ejemplo, un rubro importante es alimentos, ya que muchas personas – al tener ingresos muy bajos – limitan sus opciones de compra únicamente sobre este concepto (¡alcanza para la comida y nada más!). Por tal motivo, preocupa que su variación interanual para el mes de marzo haya sido de 21,81%. Si bien es cierto que la variación interanual ha disminuido, no deja de ser una cifra alarmante.
Así las cosas, se deben tomar medidas para frenar el alza de los precios, y una de ellas es aumentar la tasa de interés.
Dicen que la tasa de interés es el precio del dinero porque al final es lo que una persona paga (por lo general en términos anuales) por acceder a un préstamo, es decir, al crédito. A su vez, es lo que el banco le paga a una persona por mantener dinero en su cuenta.
Dicho esto, ¿qué ocurre cuando el interés está bajo? Pues, por una parte incentiva a una mayor demanda de créditos, ya que resulta menos costoso pedir préstamos y, por su parte, incentiva a un menor ahorro, pues no resulta atractivo mantener dinero en cuenta (¡el banco paga poco!). Ocurre lo contrario cuando el interés es elevado, el crédito sale mucho más costoso (por lo que las personas se restringen a solicitarlo) y mantener saldo a favor en la cuenta de banco es mejor remunerado.
A fin de cuentas, ¿qué tiene que ver esto con la inflación?
Hay inflación porque la cantidad de dinero que circula en la economía es alta, lo que implica que hay más dinero detrás de los mismos bienes. Si esto ocurre, los precios suben. Por su parte, cuando el interés es bajo, esto se traduce en personas comprando bienes y servicios con dinero prestado, no con aquel dinero fruto de su trabajo, es decir, hay una demanda «sobre estimulada».
Entonces, ¿qué ocurre cuando suben las tasas de interés? Al desincentivarse el crédito y, a su vez, al incentivar el ahorro, se está yendo en vía contraria a todo aquello que está generando inflación. Por una parte, al estimularse el ahorro se retiene más dinero en las cuentas bancarias, por lo que ese dinero «se guarda» en vez de gastarse. Así mismo, al restringirse el crédito habrá menos personas comprando con ese dinero, por lo que se contrarresta la «sobre estimulación» mencionada.
Es por esta razón que recientemente el Banco de la República ha decidido aumentar aún más la tasa de interés, ubicándose en 13%. Sí, el crédito nos va a salir más caro, pero es una política que ataca el monstruo de la inflación.
