EL VENEZOLANO COLOMBIA | ANALÍTICA
Los casos de abuso y violencia sexual a niñas, niños y adolescentes son un fenómeno que crece y cada vez son más visibles en Venezuela. Según datos oficiales de la administración de Nicolás Maduro, hasta el 24 de noviembre se contabilizaron casi 1.500 casos relacionados a delitos sexuales contra infantes y menores de edad.
Tarek William Saab, fiscal general de la república, aseveró que los “actos de aberración y repulsión que no deben ser normalizados”, y aseguró que el balance que su despacho maneja es de 1.494 casos tan solo en 2022.
La cifra enciende las alarmas de autoridades y también de organizaciones que luchan por la seguridad de la infancia venezolana, pues el 2 de noviembre el Estado informó que se habían registrado 1.024 casos. La actualización de Tarek representó un incremento del 46% , 470 nuevos casos de abuso sexual infantil, en menos de un mes.
Reforma legislativa
Ante la data, Saab aseveró que presentaría una propuesta al Ministerio Público para reformar la Ley Orgánica para la Protección del Niño, Niña y Adolescente (Lopnna), a fin de aumentar las penas relacionadas a delitos sexuales a menores.
“En vista del aumento significativo que hemos registrado de los delitos de abuso sexual contra la niñez y adolescencia y la aberración que denotan en sus perpetradores, decidimos impulsar medidas para sancionar con mayor dureza”, manifestó durante una rueda de prensa.
Aseguró también la necesidad de realizar una enmienda a los artículos de la Constitución y del Código Orgánico Procesal Penal, pues considera que delitos “extremadamente graves” como el abuso a menores de edad deben tener una pena superior a los 30 años de cárcel.
“Creo que es el momento de revisar si algunos delitos extremadamente graves no merecerían una pena superior a los 30 años de prisión sin que haya beneficio procesales. Entendemos que para ello sería necesario realizar una enmienda a algunos artículos de la Constitución y del Código Orgánico Procesal Penal”, dijo.
Sin embargo, Cecodap, recordó el pasado 10 de noviembre que en 2021 el Estado aprobó la Ley para la Prevención y Erradicación del Abuso Sexual Contra Niñas, Niños y Adolescentes., pero esto no ha sido un factor que disminuya los delitos de este tipo.
La organización enfatizó que dicha legislación entró en vigor el 29 de septiembre del 2021 y fue publicada el 7 de octubre del 2021 en la Gaceta Oficial N° 6.655 Extraordinario.
La ley “ratifica el reconocimiento de los niños, niñas y adolescentes como sujetos de plenos derechos que ejercen la ciudadanía. Se reconoce también los principios de sus derechos, específicamente el de la corresponsabilidad del Estado, las familias y la sociedad en la protección, entre otros”, destaca Cecodap.
Sin embargo, sus estadísticas señalan que “el informe del Servicio de Atención Jurídica de Cecodap, entre abril 2021 y marzo 2022, resalta un incremento del 27,08% en solicitudes relacionada al abuso sexual (24,59% casos recibidos de abuso sexual); mientras que en el Servicio de Atención Psicológica de Cecodap, el ingreso de pacientes por violencia sexual aumentó 91% desde 2018 a 2021. Se puede observar entonces que, hasta los momentos, la implementación de esta ley no ha cumplido con la finalidad que se lee en su cuerpo: garantizar a todos los niños, niñas y adolescentes sus derechos a ser protegidos contra cualquier forma de abuso sexual”, reza la publicación de Cecodap.
En julio, Abel Saraiba, coordinador adjunto y coordinador del Servicio de Atención Psicológica (SAP) de Cecodap, aseveró durante un Space realizado por La Vida de Nos, que el abuso sexual a niñas, niños y adolescentes está “más presente de lo que creemos”.
Resaltó que desde Cecodap, el saber que hay infantes que son víctimas de este delito es algo que les conmueve y estremece. “(Este delito) es percibido como una de las peores formas de violencia contra los niños, niñas y adolescentes. Es una dura realidad que no le pasa a algunos desafortunados, sino que está mucho más presente de lo que creemos”, sostuvo.
Informó que durante el 2021, la plataforma recibió 32,9% casos vinculados a la agresión sexual a infantes. “Lo más frecuente es que ocurra en niñas y adolescentes. Es que en las formas más recurrentes de violencia contra la niñez y la adolescencia, como son el maltrato infantil, la violencia basada en género, entre otros, suele ser ésta población la más afectada”, resaltó.
Apoyo intrafamiliar
Durante el Space Saraiba añadió que lo más importante es apoyar a la víctima y creer su testimonio.
Destacó que en los casos en donde el agresor es una persona cercana, suele ser común dudar de la denuncia, pero alegó que la empatía es fundamental para ayudar en el proceso de sanación. “Si bien no siempre podemos prevenir el abuso sexual, podemos controlar la manera en la que reaccionamos ante el hecho”, agregó.
Manifestó que es importante darle tiempo a las víctimas y que hablar de lo ocurrido es algo que debe pasar cuando el afectado se sienta preparado. “Hay un tiempo de vivir el dolor y otros para procesar el dolor. Si hay una afectación, nuestra recomendación allí es mantenernos cerca y en contacto. Para que la terapia funcione el niño y el adolescente tiene que ir con la disposición de estar en la sesiones”, enfatizó el experto.
Por su parte, la psicóloga Beatriz de Elguezabal (FPV 232) añadió que no hay protocolos a seguir luego de que surge un caso de agresión sexual en la familia, pero sí hay reacciones y formas de enfrentar la situación.
Recalcó que “nadie está preparado y cada familia reacciona de manera distinta”, y señaló en entrevista a Analítica.com que tras conocerse el abuso debe haber “un apoyo” indispensable de la familia.
“Una persona que tiene apoyo de la familia esperanza de mejora y no tener problemática en el futuro. Cuando le creer a la persona que ha sido abusada ya empieza una forma de reparación de lo que ha pasado. El apoyo debe ser total”, comentó.
Asimismo, aclaró que se debe generar confianza en la víctima para que esta sienta el deseo de querer decir lo que ocurrió.
“El ambiente debe ser de confianza, de manera que el niño se sienta seguro, cuidado. Esto, indudablemente, con el apoyo profesional. Se debe escuchar por respeto, sin hacer comentarios. Es muy importante que la familia asista a un apoyo psicológico”, manifestó.
Recordó que no se puede normalizar la violencia sexual, y que esa es una reacción que puede surgir en el entorno familiar y hace daño a la víctima, así como responsabilizar al agredido de lo ocurrido. Concluyó reiterando que cuando el victimario es una persona dentro del núcleo familiar, este no puede permanecer en el entorno. “Esa persona se tiene que ir. A la víctima hay que protegerla y el apoyo es imprescindible”.