¿Por qué sigue cerrada la frontera tras la toma de posesión de Gustavo Petro?

* El primer paso entre ambos países será el restablecimiento de las embajadas y oficinas consulares

EL VENEZOLANO COLOMBIA | LA NACIÓN WEB

Llegó el tan anhelado 8 de agosto para las poblaciones de Táchira y Norte de Santander, sin que se avisoren aún cambios en torno a la esperada apertura total de los pasos fronterizos internacionales con la hermana república de Colombia.

El exalcalde y analista en temas frontera, William Gómez, recordó que el pasado 22 de junio, a tan solo tres días del triunfo de Gustavo Petro, se anunció a través de las redes sociales la voluntad política de ambos gobiernos para la reapertura total de frontera y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Venezuela y Colombia.

“Estos pronunciamientos generaron de inmediato en la población fronteriza una gran expectativa, pues creían que para el lunes 8 de agosto, tras la toma de posesión de Petro como presidente, se daría la reactivación total de frontera sobre los pasos binacionales, y en las condiciones como estaban en 2015, donde no solo había paso peatonal con su cédula de identidad, sino también para vehículos de carga pesada, particulares y transporte público”, enfatizó Gómez.

En este sentido, el analista en temas de frontera explicó que la reapertura no se puede dar de forma total e inmediata, pues como primer paso debe generarse el restablecimiento de las relaciones diplomáticas por medio de la reincorporación de las embajadas y oficinas consulares en cada país.

“Una vez dado este paso, vendrán las reuniones bilaterales oficiales entre autoridades de Estado de ambos gobiernos, para de allí desprender la apertura como la han anunciado: por fases y progresiva, siendo el intercambio comercial, por esta zona, el punto de inicio luego del restablecimiento diplomático” , puntualizó, al tiempo que indicó que por estar cerrada la frontera durante siete años, y sin oficinas consulares, para restituirlas se llevará su tiempo en vista de que deben arrancar desde cero.

Gómez aclaró que la realidad macroeconómica y social actual no es la misma al dinamismo que se vivía siete años atrás, donde además el bolívar aún tenía una mayor preponderancia frente a otras divisas, y el auge económico por la bonanza petrolera del momento, donde la mayoría del consumo de la población venezolana venía de las importaciones, siendo Colombia uno de sus principales proveedores en distintos rubros, cuya gran parte entraba por el puerto terrestre San Antonio del Táchira – Ureña.

“Hoy en día la realidad macroeconómica del país es otra, pues aunque para el 2022 se estima un crecimiento del PIB, no dará para equipararse al escenario de antes del 2015. Por eso es que cuando se dé la fase del intercambio comercial su impacto será progresivo y no inmediato, ya que todo depende de la activación económica del país”, detalló.

A juicio del exalcalde, otro de los panoramas que ha cambiado es el control migratorio de ciudadanos, el paso de vehículos particulares y de transporte público por esta frontera, ya que para antes del 2015 el venezolano podía entrar a Norte de Santander solo con su cédula de identidad, mientras los colombianos podían ingresar, en las mismas condiciones, hasta las ciudades de San Antonio del Táchira y Ureña, amparados en el acuerdo de Tonchalá.

“En estos momentos no es así. No hay paso de vehículos y el ciudadano para cruzar, adicional, a la cédula de identidad, debe presentar el carnet fronterizo, y el que no lo tenga debe enseñar el pasaporte con sello de salida de Venezuela ante los funcionarios de Migración Colombia. Estos puntos, de aspecto social y de integración, deben ser discutidos en la primeras reuniones para que se restablezcan estos acuerdos que faciliten el dinamismo natural de esta frontera atípica a las demás”, recalcó.

Gómez, trajo a colación los horarios que aún rigen el paso de ciudadanos por los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, los cuales deben ser eliminados para que se restablezca el tránsito binacional las 24 horas.

“Entendiéndose que la reapertura no se dará de forma total e inmediata, sino por fases y progresiva, la población de frontera espera que la mima no se dilate y se decida en el menor tiempo posible, y no sea atada a voluntades políticas”, remarcó a modo de colofón.

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