EL VENEZOLANO COLOMBIA
Clara Rangel es una de los más de 3.000 venezolanos que han llegado en los últimos días a la localidad colombiana de Arauquita huyendo de los combates entre la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y una disidencia de las FARC al otro lado de la frontera.
«Yo quiero volver pronto a mi casa, porque de verdad que esto es muy difícil», afirma Rangel, que con su voz refleja lo que sienten las miles de personas que lo dejaron todo en el estado venezolano de Apure, limítrofe con el departamento colombiano de Arauca, por la violencia.
La mujer está en uno de los once albergues que hasta el momento han destinado las autoridades de Arauquita para atender a los desplazados, que ya suman 3.157, una cifra que puede seguir creciendo si persisten los combates en el lado venezolano de la frontera.
«UNO NO ESTÁ ACOSTUMBRADO A VIVIR ESTO»
Rangel vive en un sector conocido como Santa Rosa -que hace parte del pueblo venezolano de La Victoria, separado de Arauquita por el río Arauca- y relata que el domingo empezaron a escuchar disparos.
«Uno no está acostumbrado a vivir esto y menos este terror. Este es un terror que vivimos como venezolanos, como seres humanos, que no debería pasar nadie», asegura.
Es por ello que pide a quienes se enfrentan que le informen a la comunidad antes de que empiecen los choques o que lo hagan «lejos de los niños, las personas, lejos de una ciudad y de una comunidad entera» que en este caso «tuvo que abandonar su casa aterrorizada de que los fueran a matar».
«Queremos regresar pronto a nuestras casas, a lo que nos dejen porque sinceramente hay casas que las han destrozado completamente», expresa.
En esa línea Rosa Mejías, otra mujer que huyó de su casa en La Victoria, dice que lo hizo porque «se formó la grande».
«Nos tocó salir volados, dejar la casa, los animales, todo. Eso está prendido, están acabando con todo allá. Está bravo, muy bravo. Nos venimos para acá», expresa preocupada.
Agrega: «No vuelvo a retornar hasta que esa broma (problema) se tranquilice, porque no voy a esperar a que acaben con mi vida allá».
PREOCUPACIÓN DE LAS AUTORIDADES
La directora de la Regional Orinoquía de Migración Colombia, Loida Nieves, señaló que los migrantes hacen parte de 780 familias e ingresaron por los sectores conocidos como Barrio Santo, La Finca Don Ramón, El Troncal, Carretero, Bocas del Juju, el Alcaraván y la vereda (aldea) Campo Alegre.
COMPLEJA Y CRÍTICA
El alcalde de Arauquita, Etelivar Torres, calificó como «compleja» y «crítica» la situación y señaló que desde ese municipio se escucharon «explosiones, ametralladoras, disparos».
«El domingo en la madrugada empezamos a recibir a los primeros (…) y ya el lunes a las 9.00 de la mañana teníamos en nuestro territorio 168 personas. Ese mismo día, hacia las cinco de la tarde, llegan más de 1.200 venezolanos y en el día de ayer cerrando la tarde contabilizábamos 2.998 venezolanos», expresó.
Añadió que ya son «3.157 ciudadanos» venezolanos y «el pronóstico es que van a seguir llegando mujeres embarazadas, niños, adultos mayores y esta situación ha desbordado completamente nuestra capacidad».
CRISIS HUMANITARIA
Por ello calificó lo que está ocurriendo como «una crisis humanitaria» y precisó que «hay muchos adultos mayores que han demandado atención médica y han colapsado nuestro sistema de salud».
«No tenemos cómo suministrarle las calorías mínimas que requieren todas estas personas y por esto hacemos un llamado a que nos ayuden para poderle llegar con esa ración mínima a las más de 3.000 personas que tenemos concentradas hoy», apostilló.
La Defensoría del Pueblo de Colombia instaló una comisión humanitaria en Arauquita para asistir a los miles de venezolanos que desde el fin de semana han llegado a esa zona fronteriza y se encuentran en albergues temporales.
SEÑALAMIENTOS A DISIDENCIAS DE LAS FARC
El director para las Américas de Human Rights Watch, José Miguel Vivanco, expresó su preocupación por los más de 3.000 «venezolanos que han llegado a Arauquita (Colombia) huyendo de enfrentamientos entre militares venezolanos y disidencias de las FARC».
«Estamos monitoreando la situación. La dictadura y los grupos armados deben respetar a la población civil», dijo Vivanco en su cuenta de Twitter.