Cada paso del camino

• En una nota la OIM dice que Tarek caminó mucho a través de Irán, Turquía, Grecia y Macedonia del Norte. La mayor parte de las noches durmió debajo de puentes o de las estrellas, con hambre, miedo, frío y cansancio

EV COLOMBIA | OIM

Detrás de cada migrante hay una historia única que muestra las razones reales por las cuales emprendieron sus travesías, y las privaciones que debieron soportar para perseguir sus sueños.

Pensemos por ejemplo en Tarek, de 17 años.* Por ser afgano se había acostumbrado a la inseguridad y a las turbulencias, pero un día su casa fue incendiada y su familia escapó en diferentes direcciones. No ha visto a sus padres desde aquel día fatídico, un año atrás.

Tarek caminó mucho a través de Irán, Turquía, Grecia y Macedonia del Norte. La mayor parte de las noches durmió debajo de puentes o de las estrellas, con hambre, miedo, frío y cansancio.

SOBREVIVIÓ A INMINENTE MUERTE

Un día, no muy lejos de la frontera con Serbia, tomó la decisión de intentar subirse a un tren en marcha. Pero la historia no terminó bien. Tarek se resbaló y al caer su pierna se golpeó muy fuertemente. Perdió mucha sangre y su vida quedó en la cuerda floja.

“Tuve la suerte de que uno de los amigos con los cuales yo viajaba se quedó conmigo y pudo llamar a una ambulancia. Si él no me hubiera ayudado, seguramente las consecuencias sobre mi vida hubieran sido devastadoras”, dice.

La ambulancia condujo a Tarek a la capital, Skopje, en donde los cirujanos lograron salvarle la vida, si bien su pierna derecha debió ser amputada por debajo de la rodilla.

Tras la cirugía Tarek fue transferido a un centro de recepción para solicitantes de asilo, en donde comenzó con su rehabilitación.

Con la ayuda de la OIM consiguió una prótesis para la pierna, aprendió macedonio, recibió psicoterapia y se unió a actividades y caminatas grupales.

Hamid Motamet Hosseini de la OIM trabajó muy de cerca con Tarek. “Aunque al principio a menudo se sentía confundido y atemorizado por la nueva situación que la pérdida de la pierna había creado, tenía de todos modos mucha esperanza y determinación como para volver a ponerse de pie”, recuerda. “Cada mañana practicaba durante una hora sin las muletas. Todos los que trabajábamos en el centro lo apoyábamos, deseándole una rápida y completa recuperación”.

RASTREANDO A SU FAMILIA

Tarek no recibió noticias de sus padres y hermanos desde la noche en que se fue de Afganistán. “Durante la mayor parte de mi viaje no he tenido acceso a un teléfono ni a internet”, dice. “Ahora cuento con un teléfono móvil y hace un par de días logré comunicarme con algunos amigos de mi padre que están viviendo en Kabul. No sabían cómo se encontraba mi familia en el momento en el que hablamos, pero prometieron averiguar y llamarme”.

Cuando se le pregunta dónde se ve en el futuro, dice: “Si no consigo localizar a mis padres y a mis hermanos, quiero ser reunido nuevamente con mi hermana que vive con su marido e hijos en Estados Unidos. Dado que aquí estoy totalmente solo, estar con mi hermana y con su familia será suficiente para sentirme feliz”.

*El nombre ha sido cambiado

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