Venezolanos en Brasil: el éxodo hacia el país que más refugiados reconoce en la región

• Por la frontera entre Brasil y Venezuela también cruzaron unos 2.500 menores sin acompañantes, según estimaciones de Unicef. Algunos de ellos fueron acogidos en albergues especiales administrados por el Gobierno local de Roraima

EL VENEZOLANO COLOMBIA | FRANCE24

Brasil lidera actualmente la lista de regularización de refugiados venezolanos en América Latina, esto a pesar de que no es el país que más migrantes recibe desde Venezuela, pues son Colombia y Perú los que encabezan ese ranking.

Tras meses de pandemia, se visitó el estado fronterizo de Roraima y algunos de los once albergues en Boa Vista, la capital del estado, donde familias enteras de venezolanos reciben abrigo.

Rondón 1 es uno de estos albergues, acoge a 550 personas y es gestionado por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y las Fuerzas Armadas de Brasil, dentro de la llamada ‘Operación Acogida’, lanzada en 2018.

Aquí viven desde hace un año y medio Yunmar Adreína León y Geyson Rivero León, una pareja de refugiados venezolanos que tiene cinco hijas. Se mudaron a Brasil porque Yunmar quería dar a luz en un hospital mejor equipado. «En Venezuela nos estaban cobrando 300 dólares por la cesárea. Para nosotros era muy difícil conseguir ese dinero», explica Geyson. Su intención era regresar a su país después del parto, pero la pandemia del coronavirus alteró sus planes y toda la familia quedó atrapada en Brasil.

Hoy Geyson trabaja como soldador en un taller de recuperación de piezas industriales, en la periferia de Boa Vista. Gana 15 dólares por día, una suma que hace toda la diferencia en su frágil economía. Hasta ahora, Geyson no quiso alejarse de Roraima con la esperanza de poder traer a sus padres y a su hijo mayor de 15 años.

Después de la grabación de este reportaje, decidió presentar los documentos para la interiorización, el procedimiento burocrático que permite enviar a los refugiados a regiones más prósperas de Brasil, en algunos casos incluso con un empleo formal. Geyson y Yunmar esperan la confirmación para trasladarse a Paraná, donde trabajarán en un matadero frigorífico y podrán empezar una nueva vida.

El éxodo de menores no acompañados

Por la frontera entre Brasil y Venezuela también cruzaron unos 2.500 menores sin acompañantes, según estimaciones de Unicef. Algunos de ellos fueron acogidos en albergues especiales administrados por el Gobierno local de Roraima y la agencia de la ONU para la Infancia. La Casa de Acogida de Pacaraima, la primera ciudad de Brasil después de la frontera, fue inaugurada este año en plena pandemia.

Deuzane Lima de Souza, asistente social de esta institución, explica que muchos menores se ven obligados a dejar a su familia por la severa crisis económica que afecta Venezuela. «Muchos salen de su casa para buscar trabajo, porque en la mayor parte de los casos son los mayores de la casa y se sienten en la obligación de apoyar a la familia, de conseguir comida. También hay casos en que los padres abandonan a sus hijos en la frontera por distintas razones. Los acogemos aquí hasta conseguir la reunificación familiar con los progenitores o con algún otro pariente que vive en Brasil o en Venezuela», explica Deuzane.

Rafael se marchó a los 15 años tras discutir con su padrastro. Durante dos años deambuló solo por varias ciudades de la región minera de Venezuela hasta llegar a Brasil, huyendo de unos contrabandistas que intentaron involucrarlo en un robo. «Siempre me falta mi mamá, pero me sentía bien porque hacía lo que yo quería, como si fuera mayor de edad. Iba a donde quería y trabajaba bastante para ganar mi dinero. Por lo menos aquí estoy tranquilo porque no me conoce nadie, y puedo tener otra rutina», cuenta este adolescente.

Su sueño es abrir una peluquería en una ciudad más grande. Antes tendrá que regularizar su situación legal, ya que llegó a Brasil sin documentos. Hasta entonces, no piensa volver a Venezuela. «Yo soy el tipo de persona que no me gusta depender ni de mi familia, ni de nadie. Yo quisiera ver a mi mamá, pero cuando yo tenga dinero, que yo pueda solamente llegar sin sentirme una carga para ella. Quiero que me vea bien», afirma Rafael.

La ONU estima que desde 2018, más de cinco millones de venezolanos dejaron su país. En los últimos meses el flujo de migrantes bajó sensiblemente por la pandemia del coronavirus. Pero la crisis migratoria está lejos de estar solucionada. El Gobierno brasileño prevé un fuerte repunte en cuanto reabra la frontera, que se encuentra cerrada desde el mes de marzo. La Operación Acogida trabaja en estos momentos para evitar que la avalancha de migrantes cause una nueva crisis humanitaria, como la que vivió esta región hace dos años.

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