EL VENEZOLANO COLOMBIA | VANGUARDIA
En cuatro busetas salieron de San Gil cuarenta ciudadanos venezolanos que deportan a Venezuela por su mal comportamiento.
La caravana de vehículos partió desde el Coliseo Lorenzo Alcantuz de San Gil, donde los ahora deportados firmaron los respectivos documentos, mientras que algunos de sus familiares y amigos rondaban a las afueras del escenario deportivo esperando saber qué pasaría con los suyos.
El operativo de las autoridades nació de las determinaciones tomadas en el Consejo de Seguridad del municipio, en donde se decidió la necesidad de deportar a la población migrante que estaba generando problemas de convivencia e inseguridad en los diferentes sectores de la población.
El mayor Carlos Torres Bareño, comandante del primer distrito de Policía de San Gil, indicó que en este operativo de deportación participaron Fiscalía, CTI, Personería, Ejército Nacional y demás instituciones de seguridad.
Según contó Torres, fueron dos días visitando los diferentes sectores de San Gil en donde se presumía estaban algunos de los venezolanos ya reseñados por las autoridades y en donde además había quejas frecuentes de la comunidad por problemas de convivencia.
Con el direccionamiento de Migración Colombia – la entidad del Estado que se encarga de todos los trámites y decisiones migratorias – la búsqueda de estos migrantes se hizo en sectores de la Villa Olímpica, el Cerro de la Cruz, la carrera 11 con calle 20, Las Esteras y José Antonio Galán.
Aunque algunos de los viajeros salieron del municipio por decisión propia, la mayoría de ellos presentaban antecedentes judiciales por temas como hurto, porte de armas blancas y estupefacientes. Otros estaban identificados por ser continuamente generadores de infracciones a la convivencia por riñas en los diferentes sectores.
La alcaldía de San Gil espera que en septiembre, con el apoyo de Migración Colombia, se logre tramitar otro viaje de ciudadanos venezolanos que quieran salir o que estén incumpliendo la ley colombiana.
Los migrantes fueron llevados hasta Villa del Rosario en Norte de Santander y desde ahí deportados hacia su país de origen.
Este es el segundo viaje de migrantes venezolanos que sale de San Gil durante la cuarentena obligatoria.
El primero de ellos, en mayo pasado, logró transportar a 57 personas que decidieron aceptar volver a su país debido a la difícil situación económica que estaban afrontando en medio de la cuarentena obligatoria.
Hay quejas constantes
Como garante de que se les respetaran los derechos a estas personas, Luis José Medina Zambrano, personero de San Gil, acompañó el operativo.
El funcionario reconoció que se está presentando un serio problema con la comunidad migrante venezolana, porque algunos de ellos no respetan las leyes y se convierten en un problema para las comunidades donde residen.
Precisamente, en los últimos meses las quejas y los problemas se han hecho evidentes en barrios como José Antonio Galán.
El Personero indicó que son frecuentes las denuncias por situaciones como riñas entre ellos mismos o con otras personas, así como las diferencias por temas relacionados con el pago del arriendo.
El problema está en que cuando se les cita para evaluar el origen de los desencuentros las personas casi nunca llegan a las citaciones. Medina indicó que se cree que muchas veces al estar de forma ilegal en el país, sin ningún tipo de documento, prefieren no atender los llamados de ninguna entidad del Estado.
La aclaración de Medina es que esta clase de acciones no son un tema de xenofobia y no pretende impulsar ningún pensamiento de este tipo, reconociendo que así como hay muchos venezolanos actuando de forma incorrecta, hay otro grupo que son buenos ciudadanos y cumplen con la ley.
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