◉ FILIPPO CAMPISI ┊ Bogotá
¿Cuál es la comida o alimento que más extrañas de Venezuela? Esa pregunta es clave para entender el sentido de este texto que escribo desde Colombia, lejos de mi tierra.
Formulé esta pregunta en mis redes sociales hace unos días y me llevé una sorpresa. Hacía tiempo que no tenía tanta interacción en mi cuenta de Instagram. Y en todas las reuniones virtuales que he tenido en esta pandemia también aprovecho de hacer la misma pregunta.
A la mitad de una reunión lancé la pregunta: hubo silencio, suspiros y gritos, en algunos casos. No se hicieron esperar las respuestas, todos hablaban uno encima del otro; fue inevitable la nostalgia, las alegrías, las euforias: es que así, emotivos, somos los venezolanos.
Vivo en Colombia y siempre me pregunto desde aquí, por qué una tajada de plátano que preparo no sabe igual a la de Venezuela. Pienso que a veces me traicionan los recuerdos. Tengo pensamientos y deseos recurrentes sobre qué me comería apenas me baje del avión en Maiquetía.
En la pequeña muestra que obtuve la lista está encabezada por el ají dulce. Ingrediente noble y muy nuestro que se utiliza en la elaboración de muchos platos. No importa si eres maracucho, caraqueño o margariteño siempre vas a agregar el ají dulce a lo que sea. No lo recuerdas hasta que llegas a Venezuela y muerdes una empanada, es casi revelador, todo tiene ese sabor inconfundible al ají dulce y es que el sabor nos conecta con el lugar en donde nacimos. Muchos corren el riesgo e incluyen en sus equipajes unas semillas para tratar de tenerlas su casa de destino.
¿Qué me dijeron?
Los golfeados, cachitos con una chicha, la cachapa, el pan de jamón, las hallacas, las polvorosas, un buen pabellón y los tequeños son los más mencionados. Yo extraño comprar pan canilla o un buen campesino caliente y ponerle mantequilla.
Algunos extrañan los sabores de una empanada de cazón, carne o queso en la playa tomando una Malta. Otros extrañan Pollo Arturo`s o comer perros calientes (asquerositos) con todas las salsas en las Mercedes con una frescolita. Mencionaron la comida China, para un venezolano ningún arroz chino con lumpias es bueno en ninguna parte del mundo excepto en Venezuela. Ya esto forma parte de nuestra identidad cultural.
EL QUESO …
El otro alimento que dio de qué hablar fue el queso, muchos lloran y extraña un telita, un queso llanero o un guayanés. Yo al menos sueño con determe en la carretera vía Valencia y comer dos arepas con queso y tomar un jugo de piña. Para algunos lo que era cotidiano y simple como una arepa se ha convertido en una de las razones para volver al país.
Para los conocidos que viven en países asiáticos y nórdicos es difícil conseguir caraotas negras, el maravilloso casabe, la guayaba, la lechoza y el aguacate sin mencionar el plátano, otro alimento tan preciado para nosotros, nada como unas tajadas con queso.
Muchos simplemente extrañan el sabor de su casa, el de su mamá o su abuela y es que nadie prepara mejor un sancocho que una madre venezolana.
Por qué nadie mencionó la arepa?
Hoy en día la harina pan se puede conseguir casi en cualquier parte del planeta. No hay capital importante en el mundo en donde no se consigan las arepas.
Somos portadores de la cultura venezolana a través de la arepa, alimento del que nos sentimos tan orgullosos.
Para muchos venezolanos en el extranjero preparar comida venezolana ha sido su medio de sustento. Emprendimientos como la panadería y pastelería son cada vez más frecuentes, el dulce tres leches y el quesillo ya son famosos. Están los que fabrican quesos artesanales y otros que en fechas especiales hacen halladas y pan de jamón para vender.
Me siento orgulloso de todos aquellos que venden sus comidas en las calles de Bogotá o en sus locales de alto nivel en el centro de Madrid, la comida venezolana ya no es solo para nosotros es para el mundo entero.
“Epa catireeee!!! pendiente de unas empanadas de carne?”
Tienes salsa de ajo?
“claro mi pana”
si va! dame dos
Receta de mi salsa de ajo para empanadas y arepas
1 taza de mayonesa
2 dientes de ajo
1/2 cucharadita de mostaza o vinagre
1/2 cucharada de alcaparras
Un pedacito de cebolla blanca
sal / pimienta
toque de cilantro y perejil
Licuar con apenas un poco de agua y listo. Reserva en un tetero de perrocalentero para sentir la experiencia.