El viernes 13 de marzo el presidente Iván Duque tomó una medida drástica: ordenó cerrar la frontera con Venezuela para, dijo, contener la epidemia del coronavirus. Sin embargo, su decisión ha generado muchas inquietudes. Expertos en salud pública y epidemiología han manifestado sus preocupaciones en diferentes redes sociales. A ellos también se sumó un grupo de académicos de la Universidad de los Andes que, en un breve comunicado, expresaron las posibles implicaciones que puede tener el bloqueo de los pasos fronterizos con el vecino país.
En primer lugar, dicen, “esta medida fue adoptada de forma abrupta e intempestiva, impidiendo que las personas migrantes, quienes cotidianamente cruzan esta frontera, se pudieran preparar para hacer frente a los efectos de la decisión. Una medida, adoptada en estos términos, puede afectar de manera sensible el acceso a servicios y bienes básicos escasos en territorio venezolano. Dicha decisión se ha traducido, también, en una situación de caos y tensión en la frontera”.
El documento está firmado por profesores y estudiantes de la Clínica Jurídica para Migrantes, del Centro de Estudios en Migración (CEM) y del Semillero de Investigación en Derecho y Migración en Colombia y el director de la Clínica Jurídica de Medio Ambiente y Salud Pública (MASP) de la Facultad de Derecho.
Además, señalan, “es ilusorio e ingenuo pensar que el cierre de los puestos de control fronterizo en la frontera colombo-venezolana, como lo son el Puente Simón Bolívar y el Puente Francisco de Paula Santander, impedirá por completo la entrada a territorio colombiano de los nacionales venezolanos. Por el contrario, esta medida hará que se incremente el uso de los pasos fronterizos no autorizados, llamados trochas, cuyo cruce pone a las personas migrantes en una situación de vulnerabilidad todavía mayor y aumenta de forma exponencial las posibles vulneraciones de sus derechos”.
También hacen énfasis en un punto que ya ha sido advertido por varios especialistas: el cierre de los puestos de control fronterizo motivará el uso de pasos irregulares por los migrantes y eso dificultará que las autoridades puedan identificar a las personas portadoras del coronavirus que ingresen a Colombia.
“En este sentido, las autoridades colombianas pierden la oportunidad de conocer con mayor grado de certeza el número de personas enfermas y, en consecuencia, aplicar las medidas de salud pública que en Colombia se han adoptado desde el sector salud, tales como el aislamiento, el tratamiento de la enfermedad y la identificación de otros posibles contagiados”, apuntan.
Así mismo, aseguran de la posibilidad de que se genere una alteración al orden público tras el cierre de la frontera. En conclusión, escriben, “decisiones como las adoptadas en la noche de ayer, en el sentido de cerrar la frontera entre los dos países, resultan inocuas cuando no se tiene un control real de la frontera, la cual, en el caso colombo-venezolano, está representada por 2.219 km de frontera porosa y con múltiples pasos irregulares. Por el contrario, la decisión gubernamental sí tiene la capacidad de exacerbar la situación de vulnerabilidad de los migrantes, quienes en todo caso tendrán que cruzar la frontera a través de pasos irregulares, controlados por grupos delincuenciales quienes los explotan y los someten a un innegable riesgo para sus vidas e integridad”.
El Venezolano Colombia/El Espectador
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