
EL VENEZOLANO COLOMBIA
En un contexto de desafíos económicos, sociales y políticos, Venezuela enfrenta la posibilidad de una nueva ola migratoria. Según un reciente estudio del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), aproximadamente 3,7 millones de ciudadanos contemplan abandonar el país, ya sea como decisión firme o como alternativa viable.
Este fenómeno, que suma más de 9,1 millones de emigrantes desde 2013, refleja una compleja combinación de desencanto, incertidumbre y búsqueda de mejores horizontes. ¿Qué factores alimentan esta tendencia y hacia dónde se dirigen los venezolanos?
Una decisión que gana fuerza
El informe de la consultora Delphos, presentado en el Foro «Prospectiva Venezuela 2025-Semestre II», revela que el 5% de la población, equivalente a 1,2 millones de personas, está resuelto a emigrar, mientras que un 10% adicional, cerca de 2,5 millones, lo considera una posibilidad.
Estos datos sugieren que el flujo migratorio podría superar los 10 millones en un futuro próximo, según el Observatorio de la Diáspora Venezolana. Aunque el 78% de los encuestados descarta irse, la minoría que evalúa esta opción evidencia un profundo malestar.
¿Qué motiva el deseo de partir?
Las razones detrás de esta inclinación son diversas. El 45,5% de los potenciales migrantes señala la falta de perspectivas de cambio en el país como el principal motivo. La crisis económica, que afecta al 35%, se manifiesta en la pérdida de poder adquisitivo y el alza constante de los costos de vida.
La inseguridad, mencionada por el 8,2%, sigue siendo una preocupación, mientras que el 7,3% busca oportunidades educativas en el extranjero. Además, el 4,1% cita la deficiencia en servicios básicos como un factor determinante.
El peso de la incertidumbre social
El análisis del profesor Roberto Briceño León, director del Laboratorio de Ciencias Sociales, destaca seis elementos que definen la percepción social actual: incertidumbre cotidiana, temores específicos y difusos, tristeza generalizada, rabia contenida, ambivalencia hacia el futuro y un renovado impulso migratorio.
La población enfrenta dudas sobre el valor real de sus ingresos frente a un sistema dolarizado y se cuestiona cómo garantizar la educación de sus hijos en un entorno escolar deteriorado. A esto se suman miedos concretos, como la inseguridad generada por la delincuencia o la arbitrariedad de autoridades locales.
Emociones que transforman la mirada al futuro
La sensación de estancamiento predomina entre los venezolanos. Briceño León describe una “tristeza persistente” ante un presente sin horizontes claros, acompañada de una “rabia muda” por la percepción de desigualdad: mientras algunos prosperan sin esfuerzo, otros luchan sin resultados.
Esta frustración convive con una ambivalencia contradictoria: aunque la mitad de la población confía en el poder ciudadano para transformar el país, muchos optan por soluciones individuales, como la emigración, al sentirse al margen de los cambios políticos.
Nuevos destinos en el horizonte
Los destinos preferidos por los migrantes han cambiado. España lidera con un 22,7% de las preferencias, seguida por Chile (15%), pese a los episodios de xenofobia reportados. Estados Unidos, con un 13,6%, ha perdido su posición dominante. Otros países como Brasil (11,4%), Colombia (10,9%), Argentina (8,6%) y Perú (2,3%) también figuran entre las opciones, según la encuesta de Delphos, basada en 1.000 entrevistas representativas.