
EL VENEZOLANO COLOMBIA
El mercado inmobiliario colombiano enfrenta un panorama complicado, reflejado en la caída de las ventas de vivienda y la creciente presión sobre los precios de los arriendos. Con una desaceleración evidente en las compras de viviendas tanto de interés social (VIS) como No VIS, la oferta ha disminuido, mientras que los precios de alquiler se disparan debido a la escasez de oferta.
Sin una política clara para revitalizar el sector, la industria se enfrenta a nuevos desafíos y oportunidades que podrían definir el futuro de la vivienda en el país.
Caída en las ventas de vivienda: ¿Qué está sucediendo?
Según un informe de BBVA Research, las ventas de vivienda en Colombia se desplomaron en 2024, con una caída en los estratos más vulnerables aún más pronunciada. Las cifras muestran una disminución significativa: las ventas por cada 1.000 hogares cayeron de 13,7 en 2022 a solo 8,5 en 2024. Mientras que en los sectores más pobres, la reducción fue aún mayor, pasando de 33 viviendas VIS por cada 1.000 hogares en 2022 a 18 en 2024.
Las regiones más afectadas por esta desaceleración son Bogotá, Cundinamarca, Antioquia y Santander, donde las ventas están estancadas. Sin embargo, algunas zonas como Nariño, Córdoba, Sucre y Atlántico muestran signos de recuperación en el mercado No VIS, aunque siguen siendo excepciones.
La respuesta de la industria: cautela y adaptaciones
La industria inmobiliaria ha reaccionado de manera cautelosa ante la desaceleración del mercado. Los lanzamientos de nuevos proyectos cayeron un 13,5% en 2024, después de un desplome aún mayor del 37,1% en 2023. Esta disminución de proyectos ha evitado una sobreoferta, aunque el inventario de viviendas terminadas sin vender sigue creciendo.
Uno de los principales cambios en la estrategia de los constructores es la exigencia de contar con al menos el 80% de preventas aseguradas antes de iniciar proyectos, lo cual marca un drástico cambio en comparación con años anteriores, cuando este umbral era mucho más bajo.
El aumento de los arriendos: ¿Una solución temporal?
Mientras las ventas de viviendas se desploman, el mercado de arriendos se ha disparado. La escasez de oferta tanto de viviendas nuevas como usadas ha llevado a un aumento de los precios de renta, que han superado la tasa de inflación en casi dos años. Este desajuste entre el enfriamiento de las ventas y el alza de los arriendos ha atraído a inversionistas, especialmente aquellos interesados en las “viviendas de corta estadía” impulsadas por el turismo.
En ciudades como Medellín, los precios de las viviendas nuevas han mostrado una leve subida (+6,1%), mientras que en otras ciudades como Bogotá y Cali, los precios han caído, mostrando una variación real negativa. Esto ha creado un desajuste entre los precios de compra y alquiler, lo que podría generar tensiones en el mercado a largo plazo.