
EL VENEZOLANO COLOMBIA
Las relaciones entre Estados Unidos y Venezuela han entrado en una nueva fase de incertidumbre luego de que el régimen de Nicolás Maduro se negará a aceptar deportaciones de migrantes venezolanos, un acuerdo previamente negociado con la administración de Donald Trump. La decisión llegó después de que Washington revocara la licencia de Chevron para operar en el país sudamericano, una medida que amenaza con debilitar aún más la frágil economía venezolana.
Este giro en la política migratoria pone en aprietos al plan de deportaciones masivas de Trump y genera dudas sobre la viabilidad de mantener una relación pragmática con Caracas en medio de sanciones y restricciones económicas.
El acuerdo que nunca se consolidó
El pacto entre Trump y Maduro surgió como una solución para repatriar a miles de venezolanos que han llegado a Estados Unidos en los últimos años. Sin embargo, desde su anuncio, el acuerdo enfrentó dificultades tanto políticas como logísticas.
Si bien en un principio se concretaron vuelos de deportación con al menos 360 migrantes retornados, estos cesaron el 20 de febrero. La revocación de la licencia petrolera de Chevron fue el detonante final para que Caracas diera un paso atrás, condicionando cualquier cooperación futura a la eliminación de sanciones económicas.
Las repercusiones económicas y políticas.
La decisión de Trump de restringir la actividad de Chevron en Venezuela afecta directamente la producción petrolera del país. Según estimaciones de la consultora Ecoanalítica, esto podría representar una pérdida de más de 3.000 millones de dólares en ingresos anuales, agravando la crisis económica.
El impacto no solo se sentirá en Venezuela. Empresas petroleras con inversiones en la región están a la espera de una nueva orientación del Departamento del Tesoro sobre su permanencia en el país sudamericano. La incertidumbre también se extiende a los mercados financieros, donde la posibilidad de una reestructuración de la deuda venezolana parece más lejana.
Migrantes en la incertidumbre
Con la negativa de Maduro a aceptar deportaciones, miles de venezolanos en situación irregular en EE.UU. UU. enfrentar un futuro incierto. El plan de Trump de trasladar a algunos de ellos a la Bahía de Guantánamo fue bloqueado temporalmente por tribunales estadounidenses, y los vuelos de deportación militar han sido detenidos por razones presupuestarias.
Mientras tanto, grupos de derechos humanos advierten sobre las condiciones de detención de migrantes y la falta de soluciones humanitarias para quienes huyen de la crisis venezolana.
Choque de estrategias en Washington
El viraje en la relación con Venezuela ha provocado divisiones dentro del propio gobierno de Trump. Mientras algunos asesores favorecen un enfoque pragmático que permite flexibilizar sanciones a cambio de cooperación, otros, en especial legisladores republicanos de Florida, exigen un aislamiento total del régimen de Maduro.
Con más de ocho millones de venezolanos desplazados por la crisis en los últimos años, la relación entre Caracas y Washington sigue siendo un tema central en la agenda migratoria y diplomática de Estados Unidos.