EL VENEZOLANO COLOMBIA
Después de seis años en Bogotá, una familia venezolana emprendió una travesía a pie de más de dos meses para regresar a su país. Con carretillas cargadas de pertenencias y acompañadas por sus mascotas, cruzaron la frontera con la esperanza de reconstruir su vida en Valencia, estado Carabobo.
El motivo del regreso: una casa en riesgo y la dura realidad en el exterior
Kevin Torres, jefe de la familia, explicó que la decisión de volver estuvo impulsada por la amenaza de perder su vivienda en Venezuela. «Tenemos casa propia y nos la quieren quitar porque lleva años sola», comentó. Además, el alto costo de vida en Colombia dificultaba su estabilidad. «Allá se paga arriendo, servicios, y es difícil ahorrar. Trabajábamos, pero solo alcanzaba para comer y cubrir gastos básicos», relató.
A pesar de contar con documentación en regla y permisos de permanencia en Colombia, la falta de oportunidades de crecimiento y las dificultades económicas los llevaron a tomar la difícil decisión de regresar. «Uno pasa muchas humillaciones fuera del país y las ganancias apenas dan para sobrevivir», agregó Torres.
Un viaje lleno de obstáculos y sacrificios
El grupo, compuesto por siete personas, emprendió el viaje a pie desde Bogotá, llevando consigo tres carretillas con maletas, colchones y alimentos. A lo largo del trayecto, durmieron en la calle, enfrentaron el hambre y sortearon múltiples dificultades.
Uno de los desafíos más grandes fue proteger a sus mascotas. «Son parte de la familia, nunca los dejaríamos atrás», enfatizó Torres. Sin embargo, en varias ocasiones intentaron arrebatárselos. «Ha sido muy duro, pero el que anda con Dios, nada le pasó», afirmó con determinación.
El cruce de la frontera: un desafío adicional
Al llegar a la frontera con Venezuela, el paso no fue sencillo. Torres lamentó la falta de apoyo de las autoridades y explicó que tuvieron que trasladar su equipaje en partes.
«Nos tocó pasar cada bulto por separado mientras los demás cuidaban las carretillas», recordó. Finalmente, lograron cruzar por las trochas, sorteando los riesgos que implica transitar por estos caminos irregulares.
El último tramo del recorrido y la esperanza del reencuentro.
A pesar del agotamiento físico y emocional, la familia mantiene el ánimo. Torres anhela se reencontrará con su madre después de seis años de separación. «Solo quiero abrazarla, compartir un desayuno con ella y sentirme en casa otra vez», expresó con emoción.
El trayecto aún no ha terminado. El grupo espera encontrar ayuda para completar su recorrido hasta Valencia, ya que transportar las carretillas sigue siendo un reto. «Dios nos dará la fuerza y tocará el corazón de alguien que nos ayude a llegar», concluyó Torres, convencido de que, tras una travesía llena de sacrificios, su retorno finalmente valdrá la pena.