EL VENEZOLANO COLOMBIA
Luis Gilberto Murillo, hasta ahora canciller de Colombia, culminó sus funciones este 28 de enero, tres días antes de lo previsto. Su decisión llega tras resolver la reciente crisis diplomática con Estados Unidos, que marcó uno de los momentos más tensos en las relaciones entre ambos países en años.
Se analiza las razones de su salida, el contexto de su gestión y lo que sigue para la diplomacia colombiana bajo el liderazgo de Laura Sarabia.
Consolidación de acuerdos: un cierre estratégico
La gestión de Murillo como canciller tuvo un punto álgido con la resolución del impasse diplomático con el gobierno de Donald Trump. La crisis, desencadenada por la negativa inicial del presidente Gustavo Petro a aceptar vuelos con deportados colombianos, fue solventada gracias a un acuerdo que incluyó compromisos bilaterales y la normalización de relaciones comerciales y consulares.
Fuentes cercanas al exministro indicaron que su decisión de dejar el cargo anticipadamente se basó en que los acuerdos ya están consolidados y cuentan con una hoja de ruta clara. Según sus palabras, ahora corresponde al nuevo equipo diplomático, liderado por Laura Sarabia, avanzar en la implementación de los lineamientos pactados con Estados Unidos.
Una transición para evitar “dos cabezas”
Otro de los motivos para la salida de Murillo es evitar una posible duplicidad en el liderazgo diplomático. La designación oficial de Laura Sarabia como nueva canciller ya ha sido anunciada, y asumiría sus funciones formalmente en febrero. Este cambio busca garantizar una transición ordenada en la gestión de las relaciones internacionales de Colombia, especialmente tras un periodo marcado por tensiones y negociaciones complejas.
Murillo y Sarabia trabajaron en conjunto para resolver la crisis con la administración estadounidense, junto al embajador Daniel García-Peña y el vicecanciller Jorge Rojas. Este trabajo coordinado fue clave para alcanzar un acuerdo en un tiempo relativamente corto, a pesar de los desafíos derivados de la situación.
Posibles tensiones con el presidente Petro
Aunque las fuentes consultadas minimizaron su importancia, se mencionó que los constantes pronunciamientos del presidente Gustavo Petro en la red social X complicaron el proceso de negociación con Estados Unidos. Según personas cercanas al equipo diplomático, estos trinos ocasionaron retrocesos en los avances logrados, prolongando la resolución del conflicto.
A pesar de ello, el saliente canciller logró superar estos obstáculos y cerrar su gestión con un acuerdo que restablece la confianza entre Bogotá y Washington, mientras deja a su sucesora una agenda de trabajo clara y estructurada.
Última jornada en Washington: avances y compromisos
En su último día como canciller, Murillo participó en una reunión de alto nivel en Washington, D.C., junto al embajador Daniel García-Peña y el enviado especial de Estados Unidos, Mauricio Claver-Carone. Durante el encuentro, se revisaron los detalles del acuerdo alcanzado y se definieron pasos concretos para su implementación.
Entre las prioridades establecidas se incluyó la normalización de los servicios consulares en Bogotá y la consolidación de una hoja de ruta que abarca temas estratégicos en la relación bilateral. Este trabajo busca fortalecer la cooperación entre ambos países, dejando una base sólida para que el nuevo equipo diplomático continúe.
Luis Gilberto Murillo deja la Cancillería tras un periodo intenso, marcado por la resolución de una crisis diplomática y la consolidación de acuerdos clave con Estados Unidos. Su salida anticipada refleja una decisión estratégica para garantizar una transición fluida en la diplomacia colombiana. Con Laura Sarabia al mando, la agenda bilateral se proyecta hacia una etapa de fortalecimiento y cooperación.