EL VENEZOLANO COLOMBIA
Un estudio de la asociación Hispanics in Philanthropy (HIP) encontró una relación entre el crimen y la explotación laboral en la frontera con Estados Unidos, el cambio climático y el contexto político de Latinoamérica.
«Colombia y Venezuela son dos países que están siendo expulsores de potenciales víctimas” de explotación laboral, indicó Andrea Rojas, directora de la iniciativa contra la trata laboral en Polaris, al presentar este miércoles el informe «Trata de personas en México».
A pesar del panorama, las asociaciones lamentaron la precariedad de las estadísticas oficiales.
“Seguimos sin tener un mapa acabado de la problemática, es triste y es penoso que no haya información real que nos dé cuenta de cómo está la situación de la trata”, consideró Alejandra Méndez, directora del Centro Fray Julián Garcés, Derechos Humanos y Desarrollo Local.
CRÍMENES POR TRATA DE PERSONAS EN MÉXICO
El informe de la ONU define el problema como un «delito que explota a mujeres, niños y hombres con numerosos propósitos, incluidos el trabajo forzoso y el sexo».
Los crímenes por trata de personas en México han crecido 43% en los últimos cinco años, aunque organizaciones civiles advierten de una «cifra negra» de delitos no registrados, reveló el estudio.
El informe encontró 550 de estos delitos documentados en 2020 por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la cifra más alta en cinco años, que se compara con 383 delitos en 2016.
Además, el número de estados con presencia de este crimen pasó de 18 en 2017 a 25 en 2021, descubrió el reporte, elaborado con apoyo de más de 90 organizaciones civiles.
“El problema, lejos de haber disminuido, se ha incrementado, se ha agravado y complejizado», expresó Marcela Buzo, coordinadora de Equidad de Género de HIP, en la presentación del informe.
INCREMENTO EN LA CIFRAS DE VIOLENCIA CONTRA MIGRANTES
La investigadora Zulema Escalante consideró «preocupante» el incremento en los estados de Baja California y Nuevo León, en el norte del país.
También alertó por crecimientos en Ciudad de México, Estado de México y Jalisco, en la zona centro, y en Quintana Roo y Yucatán, en el sureste.
“Hubo aumentos considerables que van en relación con el contexto nacional, en donde se están desarrollando otras situaciones de violencia, de desarrollo del crimen organizado, de profundización de la pobreza, de concentración de la migración en los puntos norte y sur”, argumentó.
Las organizaciones encontraron vínculos con el crimen organizado, en particular en los estados de Jalisco y Guanajuato, y la presencia de tráfico de órganos.
“Vuelve a surgir un enfoque en extracción de órganos, a pesar de que en la discusión común en México, por muchísimos años, se ha argumentado que este tipo de finalidad no existe», expresó Mónica Salazar, directora ejecutiva de la asociación Dignificando el Trabajo.