EL VENEZOLANO COLOMBIA | EL TIEMPO
Entre el año 2018 y el 2019, el registro de matrícula oficial en la educación preescolar, básica y media de estudiantes venezolanos en Colombia aumentó 488 por ciento.
Así lo refleja un reciente estudio elaborado por el Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana (LEE), el cual analizó la evolución de la matrícula de ciudadanos venezolanos en los colegios oficiales del país.
De esta manera, el sistema educativo de Colombia pasó de tener 32.213 estudiantes venezolanos a inicios de 2018, a acoger a 189.382 ciudadanos del vecino país, lo que refleja un aumento significativo del 488 por ciento.
Este crecimiento exponencial, derivado de la ola migratoria que llevó a que, según datos de Migración Colombia, a mediados de 2019 el número de venezolanos en el territorio nacional era de 1 ‘408.055.
Pero el aumento en las matrículas de esta población migrante, de acuerdo con los investigadores, tiene diferentes explicaciones. Por un lado se encuentra una circular conjunta del Ministerio de Educación y Migración Colombia que facilita el acceso a la educación preescolar, básica y media a niños, niñas y adolescentes venezolanos. Otro aspecto sería una mejora en el registro de los estudiantes procedentes de otros países.
De cualquier forma, estos datos evidencian que son casi 200.000 los estudiantes de colegios públicos de nacionalidad venezolana, lo que según el estudio impone retos adicionales a los habituales sobre el sistema para estar en capacidad de garantizar el acceso y la permanencia, no solo de los colombianos, sino también de los extranjeros en el territorio nacional.
Así lo explicó Luz Karime Abadía, codirectora Laboratorio de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana: “El aumento de estudiantes venezolanos en el sistema educativo colombiano implica grandes retos para garantizar la educación a todos los niños, niñas y adolescentes en el territorio nacional, como derecho fundamental, independientemente de su país de origen”.
SE REQUIEREN POLÍTICAS DE INCLUSIÓN
Y añadió: “Se requieren políticas que generen una adecuada inclusión de la población migrante no solo en el sistema educativo sino en la sociedad en general, pero también son necesarios recursos adicionales, tanto en infraestructura física, como en material educativo y docentes para atender a todos los estudiantes en condiciones de alta calidad”.
Llama la atención que son los niños de menores edades los que representan el mayor porcentaje de venezolanos matriculados. Claro ejemplo de ello es que el 56 por ciento de ellos están en niveles de básica primaria, mientras que el 40 por ciento están en bachillerato. Apenas el 3 por ciento está en cursos de preescolar.
Además, se encontró que 1 de cada 3 niños migrantes (61.692) se encuentran en los grados de transición y primero, es decir, son niños de entre los 5 y los 7 años de edad.
NIÑOS TRABAJADORES
En cambio, se encontró que entre más avanza la edad, se registran menos menores matriculados. Por ejemplo, en los grados décimo y once apenas se matricularon 5.582, lo que representa un poco menos del 3 por ciento.
Este último “podría deberse a que los niños, niñas y adolescentes son obligados a llevar un sustento a casa o a desempeñar una participación activa en la generación de recursos para el sostenimiento del hogar; o, también a que aún persisten barreras para que los estudiantes extranjeros reciban el título de bachiller y presenten el examen Saber 11, lo que posiblemente dificulta el ingreso a la educación superior nacional”, señala el informe.
A la fecha, esta elevada cifra de población migrante en el sistema educativo (que podría ser mayor si se tiene en cuenta que los datos actualizados a 2020 no están disponibles) implicó importantes ajustes por parte de las autoridades nacionales y locales para hacer frente a la alta demanda.
Un ejemplo de ello, además de la ya mencionada circular para permitir el acceso a la educación, se encuentra una extensión también del Plan de Alimentación Escolar (PAE) y los servicios de transporte para garantizar la cobertura a estos menores.
Ante esta situación, los investigadores realizan varias recomendaciones, como aumentar y focalizar los recursos especialmente en regiones con alta cantidad de población migrante como las zonas de frontera y el distrito capital; realizar campañas contra la discriminación y xenofobia en las instituciones y realizar acompañamiento psicológico a estos estudiantes.
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