
EL VENEZOLANO COLOMBIA
La zona fronteriza entre Venezuela y Colombia, específicamente en La Parada, ha sido tomada por trabajadores informales del volante que han convertido este punto en un improvisado centro de transporte.
La mayoría son conductores venezolanos que, enfrentando la crisis económica, buscan ingresos a través de servicios de traslado hacia distintas localidades del estado Táchira, principalmente San Cristóbal y Rubio, según informó el diario La Nación web en su portal.
La Parada, una terminal sin techo
La actividad se concentra en el casco central de La Parada, que funciona como un terminal no oficial. Allí, taxis con placas venezolanas y vehículos sin documentación formal se disputan a los pasajeros que cruzan desde Cúcuta.
Este movimiento es continuo, pues gran parte de los ciudadanos que realizan compras, gestiones o visitas médicas del lado colombiano regresa por este paso fronterizo. La ubicación estratégica ha hecho del lugar un punto de alta demanda para los transportistas.
Viajes a medida y tarifas variables
Uno de los choferes, quien prefirió mantenerse en el anonimato, explicó que los trayectos hasta el centro de San Cristóbal se cobran a 25 mil pesos colombianos. Si el pasajero requiere ser llevado directamente a su residencia, el valor del viaje se ajusta según la distancia.
“Aquí uno resuelve más rápido, se consigue pasaje a cada rato”, afirmó, reflejando cómo la informalidad se ha convertido en medio de subsistencia.
Expansión del trabajo irregular
La presencia de taxistas venezolanos no se limita al centro de La Parada. Muy cerca del Templo Histórico de Villa del Rosario se ha configurado otro punto de espera para captar usuarios. Desde la reapertura vehicular del paso internacional, en febrero de 2023, la zona se ha transformado en un epicentro de economía informal.
A diario operan más de 350 vehículos particulares de origen venezolano, sin contar a los mototaxistas ni a los numerosos vendedores ambulantes.
Riesgos ocultos y pagos bajo presión
Aunque para muchos esta dinámica representa una forma honesta de ganarse el sustento, no están exentos de dificultades. Algunos conductores reconocen, con reserva, la necesidad de realizar pagos irregulares a personas que controlan ciertas áreas. Estos cobros, lejos de ser institucionales, forman parte de un entorno donde la autoridad formal convive con estructuras paralelas.
Una salida ante la falta de oportunidades
En medio de la escasez laboral y el debilitamiento económico en Venezuela, miles de ciudadanos han buscado soluciones creativas para sobrevivir. La actividad de transporte en la frontera es reflejo de esa lucha diaria por subsistir dignamente. En La Parada, entre autos, motos y ventas callejeras, los venezolanos no solo cruzan un puente físico, sino también la línea entre necesidad y oportunidad.