
EL VENEZOLANO COLOMBIA
La reciente dimisión de Martha Hernández como directora de Migración Colombia, sumada a las protestas de los trabajadores de la entidad, ha desatado una crisis que amenaza con afectar los controles migratorios en el país. Hernández, quien asumió el cargo en septiembre de 2024, presentó su renuncia irrevocable al presidente Gustavo Petro, mientras los empleados, agrupados en el sindicato Osemco, intensifican sus acciones para exigir el cumplimiento de acuerdos laborales.
Este escenario genera incertidumbre sobre la operatividad de una institución clave para la gestión de los flujos migratorios.
Una salida inesperada
Martha Hernández, quien lideraba Migración Colombia desde hace apenas cuatro meses, formalizó su abandono del cargo mediante una carta dirigida al mandatario Gustavo Petro. En el documento, expresó su decisión de dejar tanto la dirección general como su posición previa como subdirectora de Control Migratorio, roles que desempeñó con compromiso desde noviembre de 2022.
Con gratitud hacia la oportunidad brindada, Hernández destacó sus esfuerzos por consolidar la entidad, aunque no especificó los motivos detrás de su determinación. Esta renuncia, de carácter definitivo, podría complicar los procesos de ingreso y salida de viajeros, por lo que se aconseja a los usuarios anticiparse a posibles demoras.
Protestas que escalan
Paralelamente, los trabajadores de Migración Colombia, representados por Osemco, han elevado su malestar ante la falta de cumplimiento de promesas gubernamentales. En diciembre de 2024, los empleados suspendieron sus movilizaciones confiando en que se materializaría un acuerdo que incluía una bonificación y avances en el rediseño institucional.
Sin embargo, la ausencia de resultados concretos los llevó a declarar un estado de alerta. Como medida de presión, han iniciado jornadas de protesta que incluyen la decoración de oficinas en aeropuertos y puestos de control con mensajes de reclamo, una acción que busca visibilizar su descontento sin paralizar del todo las operaciones.
Operación tortuga: un desafío operativo
El sindicato ha optado por implementar la denominada “operación reglamento”, una estrategia que consiste en cumplir de manera estricta cada procedimiento, lo que inevitablemente ralentiza los trámites migratorios. Esta táctica, conocida también como “operación tortuga”, tiene como objetivo instar al Gobierno a oficializar el decreto que garantice los incentivos económicos prometidos y a concretar el rediseño institucional.
Según reportes, esta situación afecta directamente a los 1.600 servidores públicos de la entidad y pone en riesgo la agilidad de los servicios migratorios, esenciales para el control de fronteras y la seguridad nacional.
Un futuro incierto
La combinación de la renuncia de Hernández y las acciones sindicales agrava la crisis en Migración Colombia, una institución vital para gestionar los movimientos migratorios en un país con alta dinámica fronteriza. La falta de avances en la reestructuración organizativa, considerada crucial para optimizar los recursos y mejorar la eficiencia, suma preocupación entre los trabajadores y la ciudadanía. Mientras el sindicato insiste en su disposición al diálogo, advierte que solo medidas concretas, como la publicación del decreto pendiente, restaurarán la confianza en las autoridades. Por ahora, los viajeros deben prepararse para posibles retrasos en los puntos de control migratorio.