
EL VENEZOLANO COLOMBIA | POR: Lilly Rangel
Hay prendas que no se visten con el cuerpo, sino con la memoria. Hay hilos que no sólo cosen tela, sino también cicatrices. Y hay diseñadores —muy pocos— que entienden que la moda no es superficie, sino una capa más del alma.
Jorge Duque no inaugura una pasarela. Abre un portal.
Este 2025, el Bogotá Fashion Week se arrodilla ante el sortilegio de un creador que no diseña ropa: invoca espíritus. Su nueva colección, Gabinete de Curiosidades Latinas, no es una propuesta estética, es una liturgia. Es una misa laica que eleva la herida mestiza, el barro sagrado, el adorno callejero, los excesos que alguna vez nos avergonzaron y que hoy brillan como medallas.
Duque ha tejido un mapa emocional con retazos de lo que somos. Un archivo afectivo que no teme al barroquismo ni a la contradicción. Corsetería que abraza, pero también aprieta; negros que no son luto, sino rebelión; dorados que no celebran el oro robado, sino el oro transformado en arte por manos anónimas.
Cada prenda es un testimonio
Un relicario. Una carta escrita por abuelas que oraron en santuarios improvisados, por madres que cosieron mientras soñaban con otro futuro, por niñas que aprendieron a resistir con aguja e imaginación. Lo que Duque propone no se cuelga en un perchero: se cuelga del corazón.
En tiempos donde lo homogéneo amenaza con ahogar lo auténtico, esta colección levanta la voz. No para gritar, sino para cantar. Porque en el mestizaje también hay música. En el sincretismo, ritmo. Y en el caos, belleza.
Duque no habla de moda. Habla de identidad
Y en ese discurso, la tela se convierte en testigo, en armadura, en ofrenda. No es un desfile. Es una ceremonia.
Y la ciudad —Bogotá, esta capital que a veces olvida que también es templo creativo— será testigo de esta consagración. En la antigua fábrica de Pastas El Gallo, entre ruinas industriales y memorias de obreros, la moda renacerá como un acto de resistencia poética.
Jorge Duque no diseña para vestir cuerpos. Diseña para contar quiénes somos cuando nos quitamos el miedo.