
EL VNEZOLANO COLOMBIA
Luego de doce meses marcados por cortes programados de agua y llamados a reducir el consumo, el alcalde de Bogotá, Carlos Fernando Galán, informó oficialmente que se pone fin al racionamiento implementado por la escasez hídrica.
El anuncio se realizó este viernes 11 de abril durante una rueda de prensa donde también participó Natasha Avendaño, gerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado. La medida se levantará de manera permanente a partir de las 8:00 a. m. del sábado 12 de abril de 2025.
Decisión basada en datos técnicos
El mandatario capitalino señaló que el criterio principal para poner fin a la restricción fue el comportamiento ascendente de los niveles en los principales embalses que abastecen a la ciudad, en particular Chingaza y Chuza.
Según Galán, actualmente hay 70 millones de metros cúbicos más de agua en comparación con la misma fecha del año anterior, lo cual permite prever una estabilidad en el suministro al menos hasta marzo del 2026, inicio del próximo ciclo hidrológico.
Impacto del consumo responsable
El ahorro de agua por parte de los habitantes fue clave en la recuperación. Las autoridades informaron una reducción del gasto de 17,72 a 16,24 metros cúbicos por segundo. Este esfuerzo colectivo permitió almacenar más de 46 millones de metros cúbicos, equivalentes a unas 18.600 piscinas olímpicas, según cálculos oficiales.
La administración agradeció a la población por su colaboración y pidió mantener los hábitos adquiridos durante la emergencia.
Recuperación de los embalses
Las recientes lluvias también jugaron un papel crucial. Solo en abril se acumularon más de 10 millones de metros cúbicos, superando el 80 % del nivel esperado para esta época del año.
El embalse de Chuza alcanzó un almacenamiento de casi el 88 % del promedio histórico, mientras que Chingaza pasó de un preocupante 16,52 % en abril de 2024 a un 40,80 % en 2025. Esta tendencia positiva respaldó la decisión del gobierno distrital.
Refuerzo en la infraestructura
Además del ahorro ciudadano y las precipitaciones, la expansión de la capacidad en la planta Tibitoc ayudó a disminuir la presión sobre el sistema Chingaza. En un año, su capacidad de transporte de agua hacia Bogotá se duplicó, pasando de 4 a 8 millones de metros cúbicos.
Esta mejora técnica garantizó mayor flexibilidad para responder ante cualquier eventualidad futura.
Un llamado a la conciencia hídrica
Aunque la emergencia ha sido superada, Galán insistió en la importancia de continuar con el uso racional del recurso.
Advirtió que la ciudad debe prepararse para enfrentar futuros desafíos relacionados con el cambio climático y que se trabajará en medidas a largo plazo para fortalecer la seguridad hídrica en Bogotá.